49 días y 3 elecciones

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49 días y 3 elecciones

Cuarenta y nueve días. En poco más de mes y medio se celebrarán las elecciones al Parlamento vasco (21 de abril), al Parlament catalán (12 de mayo) y al Parlamento europeo (9 de junio). Con toda probabilidad, los resultados que arrojen las urnas tendrán una influencia directa en el devenir de la política española de los próximos años.  

Urna electoral Elecciones en Cataluña

Urna electoral

En Euskadi, las encuestas indican que habrá una ajustada pugna por el primer puesto entre PNV y EH Bildu. Ambas formaciones, con nuevos cabezas de cartel, pondrán a prueba su tirón: por un lado, Imanol Pradales tendrá el desafío de dar continuidad al liderazgo jeltzale del gobierno vasco, tras más de 40 años -salvo el periodo 2009-2012- con un lehendakari del PNV al frente del ejecutivo; por otro lado, Peio Otxandiano tendrá el reto de consolidar la tendencia ascendente que EH Bildu ha demostrado en las pasadas elecciones municipales y generales. 

Es altamente probable que la noche electoral no sepamos el nombre del próximo lehendakari, y que quién tenga la llave para decidirlo sea el PSE. En este escenario, los socialistas vascos en coordinación con Ferraz y Moncloa, tendrán que decidir entre dar continuidad a un gobierno de coalición con el PNV o alcanzar, por primera vez en la historia, un pacto de gobierno con la izquierda abertzale. A nadie se le escapa la polémica que podría generar esta segunda opción en distintos sectores políticos y sociales, contribuyendo a aumentar los decibelios de un ya tensionado panorama político. 

En Catalunya, el escenario es incluso más incierto y con más derivadas. Aunque todas las encuestas señalan que el PSC será el partido que obtendrá más escaños, deberemos esperar al baile de pactos poselectorales para saber quién será el próximo President de la Generalitat. 

Por un lado, Salvador Illa podría tantear a los Comunes para formar gobierno, pero seguramente no sumarán lo suficiente: ahí es donde necesitará el apoyo de ERC -puntual o integrándose en el gobierno- o incluso del PP -como ya pasó en el Ayuntamiento de Barcelona- para conseguir una mayoría que lo invista. 

Por otro lado, en el bloque independentista será decisivo quién obtenga más diputados, Junts o ERC: esto determinaría quién ocuparía la presidencia de la Generalitat en caso de gobierno de coalición independentista, pero también daría de facto el liderazgo moral del movimiento a una formación o la otra. Esto último cobra especial relevancia teniendo en cuenta que el candidato de Junts es Carles Puigdemont, y según distintas encuestas, no está asegurado que quede por delante de ERC y se espera una lucha enconada por la segunda posición. Y aquí también hay un detalle no menor que ya apuntan algunos sondeos: por primera vez en años, las tres fuerzas independentistas podrían no sumar una mayoría en escaños en el Parlament, complicando así la investidura de un President independentista y la tramitación de iniciativas comunes. 

¿Podrá presentarse Puigdemont a un eventual debate de investidura? ¿Dimitirá Aragonès si no logra revalidar la presidencia de la Generalitat? ¿Conseguirá Illa ser el presidente tras más de 14 años de gobiernos de CiU/Junts y ERC? ¿Qué pasará con Puigdemont y con la estrategia de Junts si quedan en tercera posición y se ven superados por PSC y ERC? Son grandes preguntas que resolveremos pasado el 12 de mayo, pero que sin duda son de gran trascendencia para el futuro tablero político de Catalunya.  

Por último, las habitualmente anodinas elecciones europeas cobran especial relevancia en esta ocasión. El PP ya señala estos comicios como el primer plebiscito a la acción de gobierno de Pedro Sánchez, marcada por la polémica en torno a las negociaciones de su investidura y la tramitación del proyecto de ley de amnistía, y previsiblemente basará su campaña en estas cuestiones y su dependencia de los partidos nacionalistas e independentistas. Por su parte, el PSOE presentará las buenas perspectivas económicas, su hoja de ruta para resolver la crisis política en Catalunya y el peso que ha conseguido recuperar España en las instancias europeas en el último lustro. Sin duda, sendos discursos se verán reforzados o refutados en función de los resultados que hayan obtenido previamente en las elecciones vascas y catalanas y, especialmente, en función de los pactos poselectorales que se alcancen en ambos territorios. 

Y un apunte: tal como apuntan todos los sondeos, es altamente probable que los comicios catalanes y europeos certifiquen la desaparición casi total de Ciudadanos, que perdería su representación en las cámaras donde aún tiene un buen número de diputados: Parlament de Catalunya y Parlamento europeo. El hueco que dejará la formación naranja en ambas cámaras será capitalizado, en gran parte, por el PP para avanzar posiciones en ambas instituciones. 

En definitiva, será un ciclo electoral que sacudirá el tablero político, pero la duda es cuál será la intensidad de la sacudida. Con toda seguridad, el PSOE se verá involucrado en negociaciones para formar gobierno en Catalunya y Euskadi, y en ambos territorios podría dar calabazas a alguno de sus actuales socios en el Congreso: veremos qué impacto tendrá esto en la estabilidad de la mayoría parlamentaria que sostiene al Gobierno, así como qué estragos podrían causar las rivalidades Junts-ERC y PNV-EH Bildu recrudecidas tras una fase de negociaciones para formar gobierno en Catalunya y Euskadi. De todos modos, estamos ante 49 días de primavera que serán decisivos para el futuro del actual Gobierno y, especialmente, para las dinámicas y los equilibrios de la política española de los próximos años. 

Marc Rodes, consultor senior de Asuntos Públicos de Atrevia

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