Berlusconi

Italia

Berlusconi

El muy pícaro propone cumplir la condena prestando ayuda social en una ONG de elite creada por él mismo y hasta con su propio nombre. Una ONG instalada incluso en algún aledaño del jardín de su residencia. Silvio Berlusconi, que por no ser ya ni siquiera es cavaliere – título del que fue desposeído tras ser condenado — está dispuesto a cambiarse de acera social; de gran magnate de las finanzas y gran cacique de la política italiana va a convertirse, o por lo menos es lo que pretende, en benefactor de los descapacitados. Todo para librarse de cumplir en reclusión doméstica los cuatro añitos que le Justicia le ha endosado por evasión fiscal, es decir, por escaquearse de pagar sus impuestos. ¡Vaya ejemplo para un gobernante!

De Silvio Berlusconi puede decirse casi todo que no sea bueno salvo que es una persona carente de recursos. Los tiene económicos hasta rebosar pero también los tiene personales para jugar al gato y al ratón con la sociedad y las leyes y para eludir sus responsabilidades, para engatusar a sus votantes y, como lo está demostrando estos días, para conseguir librarse de la cárcel más bien liviana que le espera, algo me imagino que aunque atenuado por la reclusión doméstica será bastante incómodo para cualquiera y más para un millonario habituado a alternar mítines y cónclaves internacionales con juergas y francachelas.

Para ello el muy pícaro propone cumplir la condena prestando ayuda social en una ONG pero lejos de hincar el hombro en una ONG de esas que se mojan en las desgracias ajenas, en una ONG de elite creada por él mismo y hasta con su propio nombre. Una ONG instalada incluso en algún aledaño del jardín de su residencia para no tener que molestarse en desplazarse para hacerse ver por allí ni para que algún fotógrafo indiscreto le saque alguna instantánea en acto de servicio con… los brazos cruzados. La ayuda consistirá, si los tribunales acceden a su propuesta, en asistir a discapacitados físicos y mentales. Que no les pase nada…

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