Por qué hablamos de Economía Política

Transiciones

Por qué hablamos de Economía Política

Política transicional

Una de las constataciones de corto plazo de las transiciones económicas suscitadas en el antiguo Socialismo Real fue el de la necesidad de nuevos agentes. La Transición a la Democracia y el Mercado es un proceso de cambio de largo plazo en las bases y logros de las esferas política y económica de una nación. Para ello, nuevos agentes sociales y otras lógicas de acción se hacen necesarias. Visto así, es un claro objeto de la Economía Política.

Una de las constataciones de corto plazo de las transiciones económicas suscitadas en el antiguo Socialismo Real fue el de la necesidad de nuevos agentes, más que el recurso convencional en Economía de los incentivos económicos a los previamente existentes.

Así lo planteó Andrei Shleifer, economista ruso-norteamericano, en 2012, al afirmar que según evidencias muy tempranas de los ’90, “la transición a los mercados es cumplida por nueva gente, no por la anterior con mejores incentivos”.

Las transiciones integrales –a la democracia y el mercado, como las planteamos, rigurosamente entendidas, recurren a la institucionalización y la reinstitucionalización permanentes. Son una agenda abierta a las reformas, las cuales mejoran permanentemente las reglas del juego social y afectan unos intereses y sectores, a favor de otros.

Por ello, la importancia de la detallada identificación y caracterización, sin inocencia, de todos los agentes sociales, nacionales y extranjeros involucrados en la política y la economía nacional.

Sirva el ejemplo de la Venezuela chavista, en cuya Economía Política resultan relevantes Cuba, China, Rusia, el parasitario Foro de Sao Paulo, diversos sectores civiles y militares no convencionales, diversas formas de delincuencia, etc. Con esos “perros viejos”, ningún nuevo truco es posible. La reinstitucionalización, como campo de nuevas reglas del juego e incentivos, es la vía para el cambio deseado.

Cada situación nacional es la resultante de una configuración de poder, una hegemonía, que se expresa en un sistema económico y político complejo y no en el dañino concepto simple de los modelos teóricos corrientemente mencionados. Decir simplemente democracia o capitalismo, por ejemplo, es una simplificación. No permite conocer lo que hay que cambiar ni lo que se debe lograr.

De nuevo un ejemplo: lo que de manera reduccionista se llama capitalismo subdesarrollado, en realidad es una mezcla de expresiones predemocráticas y precapitalistas: corporativismo, mercantilismo, rentismo, patrimonialismo, etc.

Nuestra propuesta, sin inocencia, incluye explícitamente diversos asuntos estrictamente de la Economía Política; solo como ejemplos, el cuido permanente de la calidad de los consensos básicos de la vida nacional y el cuido de la transparencia y probidad en reestructuraciones, privatizaciones y la liberalización.

Ya no es solo la política económica en la optimización de los intereses generales, sino el cuido por las desviaciones y excesos de las racionalidades de los intereses parciales.

* Santiago José Guevara García
Valencia, Venezuela
[email protected] / @SJGuevaraG1

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