Antisemitismo en Valencia

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Antisemitismo en Valencia

¿Por qué un artista tiene que declarar públicamente y bajo coacción sus opiniones antes de subirse a un escenario? Lamentable, es lo menos que se puede decir ante la noticia, mejor mirado verdaderamente indignante, de la cancelación de la participación del cantante norteamericano Matisyahu en el festival Rototom de Benicasssim, en Valencia. Lamentable e indignante porque esa decisión no responde a problemas contractuales ni artísticos sino simple y llanamente a una muestra de antisemitismo intolerable y, en mi opinión, perseguible por la Justicia, por obra y gracia de un grupo de bocazas descerebrados que retan la convivencia entre diferentes.

Matisyahu es de religión judía, igual que otros son cristianos, budistas, musulmanes o Testigos de Jehová, tiene nacionalidad norteamericana, lo mismo que el presidente Obama o el actor Robert de Niro, y es un cantante de moda cuyos discos se venden en todo el mundo sin que nadie obligue a comprarlos ni, menos aún, a romperlos. Pero en Valencia, concretamente en Benicassim – una localidad que de esta forma hace méritos para no visitar – parece que a algunos les molesta o cuando menos les inquieta.

No a todos los habitantes de Benicassim, por supuesto, muchos están avergonzados, pero sí molesta a una minoría de extremistas fanáticos y poco alfabetizados tal admiradores de Jon Kin Un y Maduro. Les pasa, por lo que se deduce, como a Hitler y a Franco, que veía en el judaísmo el gran peligro para la humanidad y más concretamente para España. La historia se repite y los impresentables del movimiento BDS (que al parecer son las siglas de Boicot, Desinversiones y Sanciones, ¡hay que joderse que cóctel de intenciones) quieren recuperar tan recuerdo de nuestra historia para la memoria de este verano.

Los miembros del BDS se ve que tienen algo contra los judíos, ignoro qué les habrán hecho, y como en geografía y política no deben de estar muy puestos, han exigido a los organizadores del Festival que a Mitisyahu se le exija algo sin precedente, sin pies ni cabeza: que antes de actuar haga una declaración sobre el conflicto palestino israelí. Y, ¿por qué? El no es ni palestino ni israelí. Es estadounidense, pero eso da igual, podría ser francés, griego o guatemalteco ¿Por qué un artista tiene que declarar públicamente y bajo coacción sus opiniones antes de subirse a un escenario?

Mitisyahu, repito, es norteamericano, no es ni israelí no palestino, es judío como otros muchos millones de personas desparramadas por todo el mundo, igual que lo era Carl Marx. La exigencia carece de precedente y jurídicamente entiendo que es anticonstitucional. En España no cabe ya discriminación por religión ni existen controles a la libertad de opinión para moverse por la calle, estudiar o trabajar, salvo los que BDS quieren imponer y en este caso han conseguido.

No parece que el currículum de BDS sea muy representativo de nada más que del comportamiento colectivo de sus miembros, así que tampoco se les puede pedir una actitud tan solvente de la que disimulan si es que tienen. Lo que resulta más indignante es que instituciones como el Ayuntamiento de Benicassim y la Diputación de Castellón que creíamos serias y responsables, hayan obedecido ciegamente a esta organización sectaria y antisemita.

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