Auschwitz

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Auschwitz

La conmemoración del fin del Holocausto coincide con cierto renacer de organizaciones añorantes del nacionalsocialismo hitleriano, de sus métodos y de su intolerancia. Auschwitz se ha convertido en sinónimo de terror, de muerte, de crueldad… Hoy, veintisiete de enero, se cumplen setenta años de la entrada de las tropas soviéticas en el campo de exterminio donde los nazis mataron a más de un millón de personas. Las mataron de frío, de hambre, de malos tratos, de tiros en la nuca y, por si todo esto fuera poco, remataron a centenares de miles en cámaras donde eran asfixiadas con gas Cyclon. El desarrollo científico y tecnológico alemán, que ya entonces estaba a la cabeza de Europa, se puso al servicio del mal para que los esbirros de Hitler llevasen a cabo sus órdenes siniestras con la mayor celeridad, sadismo y eficacia.

Los setenta años de la liberación del campo de Auschwitz, en la Polonia entonces ocupada por los alemanes, son conmemorados este día en muchos países. Fue el final del Holocausto y la fecha, agrandada este año por tratarse de una efeméride redonda, se ha convertido una excelente oportunidad para rendir homenaje a los seis millones y medio de víctimas, en su mayor parte judías, aunque no sólo – la fobia nazi también se cebó con los gitanos, los homosexuales, los comunistas y otras minorías –, pero sobre todo para que aquella barbarie no se olvide, para que la fragilidad de la memoria no eche tierra encima del recuerdo que merece y para que las nuevas generaciones no dejen que algo parecido vuelva a repetirse.

España es uno de los muchos países, de hecho todos los democráticos, que participan con variedad de iniciativas a esta conmemoración histórica. La semana pasada la Comunidad Judía de Madrid participó en un acto muy emotivo en la sede de la Asamblea Madrileña, hoy mismo en el Senado se conmemora el final del Holocausto con una conmemoración acto de Estado en el que participarán autoridades e invitados y, mientras tanto, en el propio recinto de Auschwitz, ahora convertido en museo de la barbarie, el presidente del Congreso, Jesús Posada, preside la delegación española en los actos conmemorativos con que Polonía recuerda este setenta aniversario de la entrada de los militares soviéticos en aquel escenario de atrocidades sin límites cuya descripción, cuentan los sobrevivientes se vuelve imposible.

Las afinidades de la dictadura franquista y la gratitud del Régimen que Hitler se había ganado con su ayuda al Caudillo a ganar la guerra, mantuvieron a España al margen de estas conmemoraciones varias décadas. Hasta que llegó la democracia la palabra Holocausto se desconocía y el nombre de Auschwitz no aparecía en los mapas. Afortunadamente esto cambió con la llegada de la libertad y del rechazo al racismo que los nazis mantenían como elemento fundamental de su ideología. La conmemoración coincide con cierto renacer en muchos países, y aquí no somos una excepción, de organizaciones añorantes del nacionalsocialismo hitleriano, de sus métodos y de su intolerancia. Es importante que la sociedad no lo ignore y que los ciudadanos tolerantes estén en guardia. El mejor aliado de los malos siempre es la indiferencia de los buenos.

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