Malas noticias para la banca: el BCE recorta su barra libre de préstamos baratos

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Malas noticias para la banca: el BCE recorta su barra libre de préstamos baratos

La institución que preside Mario Draghi modifica las reglas de colaterales para los bonos bancarios no garantizados.

Mario Draghi, presidente del BCE

Mucho antes de que el Banco Central Europeo (BCE) pusiese en marcha su agresivo programa de compra de bonos, la liquidez barata que ofrece a los bancos se convirtió en la principal barrera para evitar que la crisis financiera que se había originado en EEUU se llevase todo por delante. Ahora, buena parte de los títulos con los que los bancos europeos acudían a la ventanilla de la institución dejarán de ser elegibles para este fin.

El banco central adoptó esta semana algunos “cambios sobre los criterios de elegibilidad aplicables a los colaterales de los instrumentos de deuda no garantizados emitidos por los bancos”, denominados bonos bancarios no garantizados o UBB por sus siglas en inglés.

En concreto, los títulos que estén sujetos a una “subordinación legal, contractual o estructural (por ejemplo, UBB emitidas por empresas bancarias)” dejarán de ser elegibles como garantía a partir de la entrada en vigor de este cambio, prevista para el primer trimestre de 2018. Los UBB emitidos por entidades en la lista de agencias elegibles por el programa de compra de bonos del BCE y los bonos garantizados por el Gobierno seguirán siendo elegibles hasta su vencimiento siempre que no estén sujetos a subordinación y que hayan sido emitidos antes del 31 de diciembre de 2018.

En otras palabras, los bonos subordinados no garantizados de la banca se quedarán excluidos de la lista de títulos que pueden utilizarse como garantía en la ventanilla del BCE para obtener préstamos baratos.

La nueva medida anunciada por la institución que preside Mario Draghi, que afectará a decenas de miles de millones de euros en bonos en circulación, se conoce en un momento en que la regulación europea intenta transferir el riesgo de incumplimiento bancario a los bonistas, como ya ocurrió con el caso del Popular en España.

Como tal, resalta el mayor grado de riesgo que asumen los inversores en bonos bancarios, y reduce el atractivo de estos títulos para ciertos compradores, dentro de los esfuerzos globales para pasar de un sistema en el que los contribuyentes rescatan a los bancos (bailout) a un sistema en el que son los propios inversores los que primero deben acudir en su auxilio (bail in).

Aunque la liquidez barata ya no es tan necesaria como tras la caída de Lehman Brothers, los bancos del Viejo Continente siguen acudiendo con asiduidad a la ventanilla del BCE. A la espera de que este lunes se publiquen nuevas cifras, la deuda de la banca europea con la institución alcanzaba a octubre los 772.057 millones de euros. Sólo los bancos españoles tenían una deuda con el BCE de 175.022 millones.

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