Un pediatra de Alcobendas renuncia a su puesto por la mala calidad de las consultas

Sanidad

Un pediatra de Alcobendas renuncia a su puesto por la mala calidad de las consultas

El experto expone mediante su carta de renuncia una agenda en la que cada cinco minutos tiene un paciente. Uno de los médicos que pasaba consulta en el Centro de Salud Valdelasfuentes de Alcobendas ha presentado su carta de renuncia explicando la realidad que se viven en las consultas pediátricas en muchos de los centros de la Comunidad de Madrid. La Coordinadora de antiprivatización de la Sanidad Pública, le sirve a este experto de plataforma para denunciar los hechos. Expone en su carta que en los últimos dos meses, su trabajo ha sido realizado en unas “condiciones inaceptables”. Critica el estrés laboral al que ha sido sometido y que le llevan a presentar su renuncia al cargo.

El protagonista indica que uno de los mejores sistemas sanitarios está en peligro ante las “maniobras de privatización tanto de hospitales como de centros públicos”, que llevan a dejar bajo mínimos los servicios sanitarios de la pública, una realidad que subraya que lleva teniendo lugar “muchos años” y que se agrava con la crisis.

De manera minuciosa explica que el centro abrió sus puertas en 2012 sin disponer de “recursos suficientes, ni humanos ni materiales” y que a fecha de siguen sin disponer de esos recursos para “realizar ciertos procedimientos diagnósticos y terapéuticos” Sin embargo, las terapias sí que se ofertan en la Atención Primaria de la Comunidad de Madrid; es por ello por lo que existen más derivaciones a los hospitales y por ende aumenta el gasto sanitario.

En segundo lugar y la base de la denuncia del pediatra, señala el ritmo de las consultas médicas en los centros de salud a los que se ven sometidos los médicos. Subraya que existe una “presión asistencial absolutamente desproporcionada para la plantilla y la demanda asistencia”.

Esta crítica sobre la que hace especial hincapié, asegura el experto que, “vulnera gravemente las condiciones de la asistencia sanitaria”. Acredita mediante una horario de una jornada laboral esta presión que anuncia estar sufriendo tanto los médicos como padeciendo los propios pacientes de la sanidad, “la agenda de pediatría dispone de 50 huecos para consultas médicas; cada cinco minutos están las consultas a demanda, 4 pares de huecos son consultas de 10 minutos para consultas concertadas y revisiones, más los pacientes que llegan sin cita previa. Una apretada agenda que lleva a los profesionales de la Medicina a trabajar como “peones de una cadena de montaje, echando literalmente a sus pacientes para cumplir con la agenda”.

Asegura el médico que aquellos que se niegan a llevar a buen término y cumplir con su agenda, entre los que él se incluye, asumen una demora entre paciente y paciente que genera malestar entre todos, llegando a afectar al clima laboral. Afirma que desde la dirección le inducen presión ofreciéndoles turnos de consulta que imposibilitan la vida laboral con la familiar o llegando a amenazar con la no renovación del contrato.

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