Nada más regresar de promocionar el turismo en Moscú, Mas impone una tasa a los turistas

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Nada más regresar de promocionar el turismo en Moscú, Mas impone una tasa a los turistas

Artur Mas, presidente de la generalitat catalana

El president de la Generalitat, Artur Mas, ha vuelto a hacerle un flaco favor a la credibilidad internacional de Cataluña. Por lo menos en Rusia, país en el que el político de CiU ha promocionado la región como destino turístico. Sin explicar que en cuanto llegará a Barcelona iba a disponer la entrada en vigor de una tasa sobre el turismo.

Según el consejero de Empresa y Empleo, Francesc Xavier Mena, que acompaña a Mas en esta campaña en Moscú, Cataluña prevé recibir un 40% más de turistas rusos en 2013. Algo que el presidente de la Generalitat parece no haber tenido en consideración, ya que al mismo tiempo que realiza su periplo por tierras rusas ha implantado un nuevo impuesto a los turistas.

La tasa entró en vigor el día 1 de noviembre, aunque muchos establecimientos han decidido no aplicarla este puente porque el cliente no conocía el nuevo tributo, con el que la Generalitat prevé recaudar unos 50 millones al año, la mitad de lo previsto inicialmente.

La cuota del impuesto implantado por Artur Mas varía entre 0,45 euros y 2,25 euros por persona y noche, y mantiene las exenciones para los menores de hasta 16 años y para las estancias subvencionadas por programas sociales de una administración pública de un Estado miembro de la Unión Europea.

Según los preceptos de la nueva tasa, los alojados en hoteles de cinco estrellas y embarcaciones de cruceros que estén más de 12 horas en el puerto pagarán 2,25 euros por día en toda Cataluña. En los de cuatro estrellas, los turistas abonarán 1,10 euros en Barcelona y 0,90 euros en el resto de la comunidad, y en los demás establecimientos pagarán 0,65 euros en Barcelona y 0,45 euros en el resto de Cataluña.

La medida no ha tardado en suscitar las primeras críticas del sector, que se ha opuesto en bloque a esta tasa por considerarla injusta por restar competitividad respecto a los alojamientos del resto de comunidades.

El presidente del Gremio de Hoteles de Barcelona, Jordi Clos, habló de “agravio comparativo”, ya que se trata de un impuesto especialmente perjudicial para un sector que ha tenido que asumir recientemente el incremento del IVA y la caída de la demanda del turismo interior.

Aunque no ha sido la única voz contraria a la decisión de Artur Mas. Territorialmente la tasa también ha causado controversia. Las dos asociaciones hoteleras de la Costa Brava y la Costa Daurada han coincidido al denunciar que el impuesto no es equitativo respecto a los hoteles de Barcelona, ya que los precios de las habitaciones en la capital catalana duplican de media a los de la costa, pero, en cambio, sus hoteles tan sólo pagarán un 20% más por la tasa.

Las características de las estancias de los clientes en los establecimientos del litoral, que “cuadruplican” de media a los de Barcelona, obligarán a los turistas de costa a pagar más por la nueva tasa, que se abona en función del número de noches.

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