¿Funcionan en España los protocolos de protección a las mujeres?

El pasado domingo, una mujer de 26 años y madre de dos hijos moría en Olivares (Sevilla) a manos de su ex marido. Argentina se movilizó esta semana contra la violencia hacia las mujeres, tras el cruento asesinato de una joven. Mientras, en España moría otra mujer a manos de su ex pareja, al cual había denunciado, una situación que hace saltar las alarmas, ¿están funcionando los protocolos de protección?
 
El pasado domingo, una mujer de 26 años y madre de dos hijos moría en Olivares (Sevilla) a manos de su ex marido. Horas después se conocía que una juez había denegado la orden de protección que la joven había solicitado cuando el 17 de septiembre lo denunció. No se apreció un riesgo para la víctima.
 
«No es una excepción, esto ocurre en muchos juzgados», asegura a dpa la presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas, Yolanda Besteiro. Varias asociaciones denunciaron esta semana que de las 35 mujeres que han sido asesinadas este año en España, 15 de ellas, el 42,9 por ciento, habían denunciado las agresiones.
 
El hecho de que las que denuncien no reciban el apoyo necesario tiene «una doble consecuencia gravísima», apunta Besteiro. Por un lado, «pone de manifiesto las carencias del propio sistema», ya que muestra que «no hemos protegido a quienes han acudido al sistema para ser protegidas».
 
Además, por otro lado, hace que «aquellas que no se atreven a plantar cara al maltratador se reafirmen en que no deben denunciar». En España, asegura Besteiro, solo un 25 por ciento de las mujeres maltratadas se atreve a denunciar.
 
Pese a que desde el año 2004 en el país hay una Ley orgánica de protección integral contra la violencia de género, Besteiro denuncia que hay herramientas e instrumentos que no se han desarrollado como estaba previsto. Por ejemplo, las Unidades de valoración forense integral, que son todavía muy escasas.
 
Estas están formadas por un equipo multidisciplinar encargado de hacer una actuación global e integral en casos de violencia de género, «una evaluación del conjunto de la situación para poder valorar correctamente cuál es la situación de la mujer que denuncia y el riesgo para poder asesorar al órgano judicial a la hora de, por ejemplo, dictar la orden de protección», apunta.
 
También es importante formar correctamente en violencia de género «a todos los que intervienen en el proceso de atención, desde la Policía hasta los fiscales, abogados, jueces…», agrega. Enseñarles a ver esas «señales que pueden hacer ver que una mujer corre peligro y hay que dictar una orden de protección».
 
En opinión de Besteiro, el problema no es «la eficacia de esta ley» sino que lo que realmente sucede es que «las medidas de la ley no se están aplicando, no se esta dotando de medios» suficientes para llevarlas a cabo.
 
El pasado miércoles, Argentina se vestía de luto para condenar el brutal asesinato de una joven de 16 años que fue drogada, violada y empalada hasta la muerte hace dos semanas. Por año se registran en el país más de dos centenares de muertas a manos de sus parejas o ex parejas, un dato que es mucho menor en España.
 
Sin embargo, apunta Besteiro, esto no quiere decir que en España esté todo hecho. «El fenómeno esta ahí. Solo conocemos la punta del iceberg. La violencia está ahí, no hay menos, aunque haya menos víctimas», asegura. Y es que, «mientras haya desigualdad entre hombres y mujeres, habrá violencia de género».
 
Sí está avanzado el país en el tema de la concienciación, pues en España hace años que la violencia de género «ha dejado de ser algo que se producía en la familia y en el ámbito privado para ser considerado un problema de primera magnitud, que la sociedad tiene que implicase para erradicarlo».