El turismo bate otro reto en 2016: el de la precariedad laboral

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El turismo bate otro reto en 2016: el de la precariedad laboral

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CCOO denuncia que a pesar de las deslumbrantes cifras del sector turístico, el poco empleo que se crea es temporal y a tiempo parcial. España va camino de lograr su mejor año turístico, tanto en número de visitantes como de pernoctaciones y por el aumento del gasto de los turistas que visitan nuestro país, pero el sector, según los sindicatos, también bate un record del que no puede presumir: el de precariedad laboral.
 
CCOO hace notar  que “la temporalidad de los contratos, la economía sumergida y los bajos salarios, no se toman vacaciones. No, desde luego, en el sector turístico, en el que pese a sus deslumbrantes cifras, el empleo no crece en cantidad y el deterioro de su calidad va en aumento”.
 
El sindicato recalca que aunque “los principales indicadores turísticos de lo que llevamos de 2016 crecen dos dígitos, confirmando las cifras del pasado año, un año de record turístico” sin embargo, “el crecimiento del empleo es muy inferior al crecimiento de visitantes y pernoctaciones, ya que apenas crece en torno a un 5%, lo que pone de manifiesto un significativo aumento de las cargas laborales de las personas trabajadoras del sector”.
 
“Se crea poco empleo, y además el empleo que se está creando es precario, a tiempo parcial y, en muchos casos, fraudulento, ya que se trabajan más horas de las contratadas”, denuncia la organización sindical, recalcando que “el 44% de los contratos es temporal, y el 41% de ellos son a tiempo parcial”, y además son parciales uno de cada cuatro de los contratos indefinidos que se firman.
 
Para CCOO, “un número de contratos temporales tan elevado esconde situaciones fraudulentas” y explica que “son contratos realizados con una duración temporal, pero que están cubriendo una necesidad permanente, e incluso los que están cubriendo una necesidad temporal no están respetando los requisitos exigidos para la celebración de los mismos, ya que cubren regularmente las temporadas altas turísticas y, por tanto, su modelo contractual debería de ser de fijos discontinuos”. Advirtiendo  que “este tipo de contrato, temporal y a tiempo parcial, el más utilizado por los empresarios del sector en los últimos años, supone que las personas que acceden al mercado laboral lo hacen de forma precaria y sin apenas derechos”.
 
El negro panorama que pintan los representantes sindicales  se completa con “los trabajadores y trabajadoras que son obligados a darse de alta en el régimen de autónomos para que corran con el coste de la cuota de Seguridad Social; los contratos formativos en fraude de ley que en muchos casos cubren puestos de trabajo habituales para ahorrarse el salario de un trabajador contratado, y la subcontratación y externalización de servicios, especialmente el de las camareras de piso que limpian y arreglan las habitaciones de los hoteles, con el objetivo de dejar de aplicar el convenio sectorial, precarizando aún más el empleo y rebajando los salarios en cerca del 40%”.
 
Medicarse para trabajar
 
Para dar idea de calidad del empleo, también esta semana CCOO ha hecho público un estudio que ha realizado la Federación de Servicios del sindicato, en colaboración con el sindicato internacional UITA, sobre las condiciones en las que trabajan las camareras de pisos en España y su incidencia en la salud de las trabajadoras, que señala que el 80% de las camareras de pisos en España sufren o han sufrido trastornos musculoesqueléticos, lumbalgias y dolores en cervicales, hombros y brazos.
 
A estos trastornos físicos hay que sumar los psicológicos, según CCOO. El estudio constata como la precariedad y las presiones recibidas para trabajar más y más rápido han derivado en patologías psicológicas. Destaca el alto índice de ansiedad que suele derivar en un cuadro depresivo.
 
Una de las consecuencias de este cuadro de trastornos físicos y psicológicos, es que el 71,5% de las camareras de pisos necesitan medicarse para afrontar su jornada laboral. Según los datos del trabajo, el 100% sufre dolor dorsal y lumbar de la espalda; el 80% tiene problemas en antebrazos, muñecas y manos; el 47% en caderas, nalgas y muslos; el 67% en las rodillas; y el 87% en piernas y pies.
 
Por ello, consideran  urgente que las empresas cumplan con su obligación legal de prevenir y evitar los riesgos laborales, reclaman al Gobierno a que reconozca dichos trastornos como enfermedad profesional para que puedan ser tratados como tal a efectos médicos y administrativos y demandan que las trabajadoras de este colectivo puedan tener acceso a la jubilación anticipada.
 
Después de realizar el diagnóstico de la salud del empleo en el sector, el sindicato aporta su receta para dar la vuelta a esta situación: “Si España quiere seguir siendo uno de los destinos turísticos más importante del mundo, los empresarios deben invertir, en primer término, en recursos humanos, afrontando la apuesta por más y mejor empleo a fin de mejorar la relación precio-calidad-servicio, con el objetivo de conseguir que los millones de turistas que nos visitan se vayan con un alto grado de satisfacción”.
 
Un objetivo que, a su juicio, sólo puede alcanzarse apostando por un empleo de calidad y con derechos, basado en contratos fijos y fijos discontinuos. Con un mensaje final: “trabajador satisfecho, turista satisfecho”.

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