Las trincheras perdidas de Madrid

Memoria histórica

Las trincheras perdidas de Madrid

Bala de la Guerra Civil de una trinchera de la Ciudad Universitaria de Madrid

Arqueólogos trabajan sobre restos poco conocidos de la Guerra Civil gracias a la inversión extranjera. En la Ciudad Universitaria de Madrid no se ven cámaras de fotos colgando del cuello. Hay más Erasmus que turistas y el autobús rojo descapotable no pasa por allí. Es verano, los pocos estudiantes que hay descansan en la sombra, y aparentemente no ocurre nada. Sin embargo, a escasos metros de la facultad de psicología, unos estudiantes clavan la pala sobre el terreno árido. Son estudiantes de arqueología que voluntariamente se han unido a un proyecto que pretende mostrar los lugares “olvidados” de la Guerra Civil española.
 
Se trata del proyecto llevado a cabo por el Instituto de Ciencias del Patrimonio del CSIC, que bajo el nombre de “La Batalla por Madrid” quiere visibilizar cómo una guerra puede transformar una gran ciudad. Alfredo González-Ruibal, responsable del proyecto, asegura en declaraciones a ElBoletin.com que Madrid, en su día rodeado por un cinturón de trincheras y fortificaciones, fue la primera gran capital europea que experimentó los efectos de la guerra moderna, por lo que asegura “es un enclave fundamental para analizar la historia global”. “Fue el primer Aleppo, el primer Sarajevo”, sentencia.

Trinchera

El proyecto liderado por González Ruibal pretende realizar una visión completa de la guerra, dando relevancia a aspectos o episodios de ella menos mediatizados. Con ese objetivo ha realizado durante este mes de julio dos excavaciones que han deparado dos trincheras llenas de historias. Una en la Casa de Vacas de la Casa de Campo, y la otra en la Ciudad Universitaria.Donde los estudiantes clavan la pala.
 
El arqueólogo del CSIC admite que el desarrollo urbanístico ha reducido el impacto de la guerra en el paisaje. Sin embargo, en el caso de las dos trincheras trabajadas, al estar en lugares poco urbanizados, los restos encontrados han sido considerables.

Trinchera

La de Casa de Vacas se trata de una trinchera republicana que estuvo a pleno rendimiento durante el asedio a Madrid en noviembre de 1936. Dentro de ella se ha encontrado armamento antiguo, incluso para la época, como munición soviética del siglo XIX, y rudimentario, como “granadas artesanas”, debido a la escasez de armas que había en la República cuando los franquistas estaban a punto de llegar a las puertas de Madrid.
 
La de Ciudad Universitaria se trata de una trinchera republicana de larga duración, de “segunda línea”. En ella se han encontrado aspectos más relacionados con la vida cotidiana, como medallas o incluso crucifijos, algo que, según el arqueólogo, ayuda a disipar ciertos mitos sobre la religión y el bando republicano.

Trinchera

El proyecto, además de analizar el aspecto militar de la guerra, pone el foco sobre las repercusiones materiales de ella. En esta investigación se ha conseguido demostrar que la trinchera de Ciudad Universitaria fue ocupada durante décadas (hasta los 60) por personas desamparadas que tras la posguerra quedaron sin hogar. De hecho, distinguir los restos de los soldados de los mendigos de la posguerra supone un arduo trabajo. En cualquier caso monedas de los años 40, 50 e incluso 60 que se han encontrado certifican que existió esa ocupación.
 
Excavar las huellas pero también la memoria es una de las ideas que caracterizan a este proyecto que ya finaliza el domingo. Ese día se cubrirán las trincheras con una lona para después poder taparlas con la tierra excavada. Los restos recogidos se entregarán al Museo de Arqueología Regional de Alcalá de Henares. Y las trincheras ahí quedarán.

Trinchera

Un mes de trabajo realizado gracias a las aportaciones económicas de voluntarios británicos y de estudiantes estadounidenses de arqueología, que pagan de esa forma su proyecto. A pesar de que tres universidades españolas y varias organizaciones internacionales están vinculadas con el proyecto, “este tipo de acciones no consigue financiación de los organismos españoles” señala González-Ruibal.
 
Si recuperar nuestra historia depende exclusivamente de las aportaciones económicas de voluntarios británicos y estudiantes estadounidenses, es bastante probable que sacarse una foto con Bob Esponja en la Puerta del Sol siga siendo una de nuestras ofertas culturales.

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