Así han prometido Pablo Iglesias, Íñigo Errejón o Carolina Bescansa su cargo

XII Legislatura

Así han prometido Pablo Iglesias, Íñigo Errejón o Carolina Bescansa su cargo

Pablo Iglesias junto a Iñigo Errejón

Los diputados de Unidos Podemos han tomado posesión de su escaño tras acatar la Constitución entre abucheos y gritos por parte de algunos parlamentarios. Los diputados de Podemos, al igual que los del resto de partidos, han tomado esta mañana posesión de su escaño en la sesión constitutiva del Congreso tras prometer acatar la Constitución. Eso sí, “para cambiarla”. Y lo han hecho entre abucheos y gritos por parte de algunos parlamentarios.

“Prometo acatar esta constitución y trabajar para cambiarla. Nunca más un país sin su gente”, ha afirmado el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias tras lo que ha levantado el brazo y ha dirigido su mirada hacia el resto de integrantes de su grupo.
 


El secretario político de Podemos, Íñigo Errejón, por su parte, también ha prometido “acatar esta Constitución y trabajar para cambiarla”, pero ha añadido “por la soberanía del pueblo, la justicia social y una España nueva, per la fraternitat entre els pobles. Porque fueron somos, porque somos serán. Nunca más un país sin su gente”.

Irene Montero ha sido la diana de abucheos y gritos por parte de algunos diputados de otras formaciones cuando ha prometido “no olvidar quiénes somos, de qué lado estamos y quiénes han traicionado a nuestro pueblo” y ha insistido en la frase “nunca más un país sin sus pueblos y sus gentes”.
 


La responsable de la Secretaría de Análisis Político y Programa de Podemos, Carolina Bescansa, también ha sido atacada por otros diputados. La dirigente de la formación morada ha citado al poeta Miguel Hernández.

“Porque no soy de un pueblo de bueyes que soy de un pueblo que embargan yacimientos de leones, desfiladeros de águilas y cordilleras de toros con el orgullo en el asta. Nunca medraron los bueyes en los páramos de España. Nunca más un país sin su pueblo y sin su gente”, ha dicho Bescansa, aunque el ‘griterio’ ha hecho imposible que se escucharan sus palabras.

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