El comisario de Acción por el Clima y Energía ha sido cuestionado por sus lazos con las petroleras, su relación con los grupos de presión y por el caso Acuamed. Los escándalos acorralan al comisario europeo de Acción por el Clima y Energía. Aunque la explosión del caso Taula en Valencia corrió un tupido velo sobre Acuamed cuando todos los focos giraban hacia Miguel Arias Cañete, el exministro de Agricultura no ha tardado ni dos meses en volver al candelero. Según los “papeles de Panamá” publicados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, su mujer, Micaela Domecq Solís-Beaumont, es una de las once firmas autorizadas de la misma familia en una compañía radicada en Panamá.
Las revelaciones sobre sociedades offshore dejan una mancha más en un currículum lastrado por las sospechas de conflictos de intereses y corrupción. En Bruselas, la posición del exministro es sospechosa desde su toma de posesión en el comisariado de Medio Ambiente. Según la plataforma pro transparencia pública Corporate Europe Observatory (CEO), la llegada de Cañete al Ejecutivo comunitario “fue solo un acuerdo entre bastidores entre los grandes partidos en el Parlamento Europeo”.
Cañete mantenía gran cantidad de acciones en dos empresas petroleras, las mismas que había dirigido en su época como diputado español y de las que se deshizo dos meses antes de ser nombrado Comisario de Acción Climática y Energía. El control de las empresas quedó a cargo de la familia del comisario, con su cuñado, Miguel Comecq Solís, como presidente de ambas.
Según CEO, los socialistas europeos dieron el sí a Cañete a cambio del nombramiento del socialista francés Pierre Moscovici como comisario de Asuntos Económicos y financieros. Su toma de posesión dejó en agua de borrajas las protestas de Los Verdes y más de medio millón de firmas en contra de que un ex empresario de los combustibles fósiles se convirtiera en comisario del sector encargado de regularlos.
Tras el petróleo, el uranio: en 2015 Cañete dio el visto bueno a la explotación de una mina de uranio a cargo de la australiana Berkeley. En Bruselas, esta firma está representada por Manuel Lamela, adjunto de Cañete durante tres años cuanto éste era ministro de Agricultura en España.
Y es que sus contactos con los grupos de interés son uno de los puntos que marcan récord: Según Transparencia Internacional, Cañete lidera el “top 10” de los miembros del Ejecutivo europeo que más reuniones mantiene con lobbies. Mantuvo hasta 105 encuentros con grupos de presión en solo los seis primeros meses de 2015 según el análisis de los encuentros políticos con corporaciones empresariales, think tanks, ONGs y organizaciones de la sociedad civil en la UE. En ochenta de esas reuniones había recibido a grupos empresariales y organizaciones de comercio e inversión.
Ayer mismo el comisario daba explicaciones sobre ‘Rinconada’, la firma de su esposa que se gestó para gestionar cuentas ubicadas en Suiza. Cañete sostuvo ante la Comisión Europea de que la compañía está inactiva desde antes de ser nombrado comisario, según explicaba ayer el portavoz del Ejecutivo comunitario, Margaritis Schinas. Pero los eurodiputados no ven suficiente esa explicación y reclaman la comparecencia del comisario ante la cámara legislativa europea. Miembros del grupo socialista y Los Verdes en la confían en que Cañete acuda voluntariamente a someterse al interrogatorio de la Eurocámara.
