Tesla se encomienda a su nuevo modelo ‘low-cost’ para competir con la gasolina barata

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Tesla se encomienda a su nuevo modelo ‘low-cost’ para competir con la gasolina barata

Interior de un coche eléctrico de Tesla

Morgan Stanley, tradicionalmente entre los brókeres más optimistas con el valor, han recortado el precio objetivo del fabricante de autos eléctricos en más de 200 dólares de una sola tacada. El descalabro de precios del crudo tiene una clara perjudicada en Wall Street. Y no es ninguna petrolera. Tesla Motors es la cotizada más penalizada directamente por el abaratamiento de la gasolina desde que empezó el año. Una tendencia que el fabricante de coches eléctricos espera poder enmendar con su nuevo modelo ‘low-cost’.

La desbandada inversora es más que notoria si se tiene en cuenta que Tesla ha perdido un 25% de su valor en Wall Street desde que empezó el año. Un tiempo en el que las gigantes petroleras que comparten parqué con la automovilística consiguen incluso probar el terreno alcista. Es el caso de Exxon Mobil, cuya gráfica medra un 0,5% con respecto al cierre de 2015. Chevron (-6,8%) y Occidental Petroleum (-0,3%), más expuestas a técnicas de extracción más costosas como el fracking acumulan un castigo mucho menor.

El hecho de que llenar el depósito de un coche tradicional sea ahora mucho más barato que hace solo unos meses ha despertado la sospecha de que Tesla no podrá cumplir sus previsiones de ventas. Un augurio del que sólo podría salvarle la irrupción en el mercado de su Model 3, el que la firma californiana ha promocionado como su prototipo más asequible. Una opción, la del ‘low-cost’ con la que pretende atraer a potenciales compradores que ante los bajos precios de los derivados del petróleo y su mucho mayor accesibilidad podrían haber desterrado la idea primigenia de hacerse con un vehículo eléctrico para evitarse el hasta hace poco caro paso por las gasolineras.

A pesar de que el nuevo modelo se desvelará el próximo mes de marzo, no se prevé que su producción comience antes de 2017, con lo que el castigo inversor podría incluso incrementarse si no se consiguen colmar las altas expectativas que se han dibujado los inversores que aguantan posiciones en Tesla. La gran promesa de la cotizada es pasar de las 50.000 unidades vendidas el año pasado a diez veces esa cifra al término del año 2020.

En mínimos de cotización de los últimos dos años, el consenso de analistas considera que Tesla puede aún caer con fuerza desde los 174 dólares por acción que se esfuerza en conservar. Desde Berenberg, el analista Adam Hull iniciaba cobertura del valor este mismo miércoles y recomendaba vender sin dilación. Este mismo martes, los expertos de Pacific Crest aconsejaban evitar la automovilística, cuyo último modelo en el mercado -el todoterreno Model X– no ha logrado conseguir la demanda prevista por la cotizada.

La cautela contagia incluso a Morgan Stanley, tradicionalmente uno de los brókeres más optimistas para con la compañía que preside Elon Musk. El analista encargado de la cobertura del valor en esta casa, Adam Jonas, también ha rebajado el precio objetivo de la compañía esta misma semana en más de 200 dólares en una sola tacada. El experto ya no ve posible que la gráfica de la compañía alcance los 450 dólares por acción, como hasta ahora preveía. En su lugar otorga a las ‘teslas’ un techo máximo de 333 dólares, cota que sin embargo sigue suponiendo un potencial del 90% para la depreciada compañía.

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