Los cambios en la regulación de la industria química que tiene que afrontar la catalana antes de cierre del año que viene en su modelo productivo podría estar detrás. El adiós de Bayer a Tarragona cae como plomo fundido sobre la gráfica de Ercros. La química catalana se despide de uno de sus principales clientes con caídas de más del 16% a la cola indiscutible del Mercado Continuo mientras que la cuenta atrás para adecuar sus fábricas a la nueva normativa comunitaria corre en contra de su negocio.
Aunque la multinacional alemana, que ahora opera sus negocios de química bajo la marca Covestro, ya había anunciado hace semanas su retirada de la zona, este lunes se ha producido la estampida inversora en el capital de Ercros. Cerca de la mitad de los ingresos de esta última en su fábrica de Vilaseca proceden de hecho de la gigante alemana, según cifras aportadas por El Economista.
La firma catalana podría sufrir así un fuerte varapalo a su plan estratégico, que ha culminado con éxito varias operaciones de financiación como la venta de su negocio de fosfatos. De hecho, el grueso de su negocio se encuentra ahora en la producción de cloro, elemento químico del que hasta ahora provee a Covestro; como debería seguir sucediendo hasta finales de 2017, según el contrato vigente entre ambas compañías.
En este sentido, la filial de Bayer considera que “las instalaciones en Tarragona ya no pueden seguir siendo competitivas como un centro de producción de MDI en Europa”, compuesto que supone la materia prima en la que hasta ahora venía basando su actividad en la fábrica catalana. Por su parte, la normativa europea para la industria química fija cambios de tecnología para la producción de cloro que podrían suponer para la cotizada española el desembolso de cerca de 100 millones de euros, según señala el portal económico, de los que aún no se ha hecho mención alguna en sus proyecciones para los próximos meses.
A tenor de este escenario, Ercros ha caído este lunes hasta los 0,51 euros por acción. Un precio que supone la cota más baja para la gráfica de cotización de la catalana en esta turbulenta sesión y además su registro mínimo de los últimos tres meses, pues desde octubre del año pasado no se veía una cota tan ínfima para el valor.
