La empresaria madrileña acumula posiciones por 3,02 millones de euros en la compañía que preside su sobrina, en la que lidera una ambiciosa reestructuración. La saga Koplowitz sigue reforzando su apuesta por FCC. La última en aumentar cartera de inversión en la constructora ha sido Alicia Koplowitz. A través de su sociedad de inversión de capital variable (sicav), la empresaria lanza un mensaje de confianza en el proceso de reestructuración de la compañía que abandera su sobrina Esther Alcocer.
Alicia Koplowitz entró en el capital de FCC a comienzos de año en una operación por la que también tomó posiciones en Ferrovial. Según las últimas cifras presentadas por su vehículo de inversión ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), su apuesta a cierre de junio por la cotizada que controla su hermana Esther Koplowitz ascendía ya a 3,02 millones de euros.
Los analistas han visto en este movimiento un claro respaldo al proceso de refinanciación y reestructuración iniciado por la compañía hace unos meses. En este sentido, se entiende también que el pasado mes de abril, todas las representantes de la saga empresarial optaron por sindicar sus participaciones en la compañía para asegurarse el saneamiento de sus finanzas y el visto bueno de la junta de accionistas para una hoja de ruta que ya comienza a dar frutos en las cifras operativas de la compañía.
Las cuentas de la sicav descubren también que la empresaria madrileña incrementó su apuesta por la renta variable española. En concreto, volvió a tomar posiciones en la petrolera Repsol, en Red Eléctrica de España (REE) y Ezentis. Tanto la primera como la última se caracterizan también por haber sufrido diversas remodelaciones en su estructura de negocio.
La primera, por su salida forzosa de Argentina tras la nacionalización de su antigua filial argentina YPF. La segunda, como consecuencia de un nuevo equipo directivo que ha apostado con fuerza por el negocio de infraestructuras en Argentina y ha saneado en profundidad unas cuentas que no hace tanto amenazaban incluso con asomarse al abismo de la quiebra.
