Las cifras son apabullantes: un 30% de los menores de 35 años se ha decantado por el Frente Nacional, que se ha alzado con la victoria en las elecciones europeas de Francia. La victoria del Frente Nacional francés en estas elecciones europeas –ha obtenido más del 25% de los votos, frente al 21% de los conservadores y el 14,5% de los socialistas- tiene un gran componente juvenil: el 30% de los menores de 35 años optaron por la ultraderecha. ¿Qué ofrece Marine Le Pen a la juventud gala?
En primer lugar, la salida del euro. La formación de extrema derecha aboga por el abandono de la unión monetaria y la sustitución de la divisa continental por el franco. Con este regreso pretende ganar competitividad en el mercado de las exportaciones y reactivar, de este modo, la maltrecha economía francesa.
En lo que a crecimiento económico se refiere, la formación ultraderechista quiere “oponerse al libre comercio y a la globalización sin trabas” y busca implementar un «proteccionismo inteligente» a través de tarifas que puedan restaurar la competencia leal con otros países cuya ventaja competitiva deriva de unos precios más bajos. En cuanto al movimiento de trabajadores dentro de la UE, el Frente Nacional carga contra la rebaja de salarios a ciudadanos extranjeros y asume la protección del ciudadano francés.
Asimismo, Le Pen ha criticado duramente el tratado de libre comercio que están negociando Bruselas y Washington, y del cual se desconocen los términos. Asegura que éste es un acuerdo “antidemocrático y antisocial” que tiene como fin “ser una máquina de guerra ultraliberal”. El Frente Nacional ha advertido contra esta firma que permitiría plegar las políticas medioambientales y agrícolas a las grandes multinacionales.
Precisamente, la Política Agraria Común (PAC) ha sido otro de los flancos bombardeados por la extrema derecha gala durante la campaña electoral al afirmar que “es el principal factor en el debilitamiento del sector agroalimentario de nuestro país”. Cabe destacar que el origen de la PAC, en los años 50, tuvo como principal motivación encargarse -a cambio de una gran inversión no rentabilizada- de un campesinado en crisis que durante el período de entreguerras había sido presa fácil de los partidos totalitarios. Marine Le Pen ha prometido a este sector subsidios nacionales que podrían rescatarse consiguiendo la total autonomía del país, y al dejar de subvencionar a Bruselas. También defiende la imposición de barreras arancelarias para productos extranjeros “que no cumplan los estándares” franceses.
En materia de inmigración, las soluciones del Frente Nacional son drásticas: salir de la zona Schengen y volver a imponer las fronteras nacionales. «Stop Schengen significa romper con la laxitud de la Unión Europea. Pensamos que tenemos derecho a eliminar la regularización de ilegales”, reza el programa electoral. Le Pen también propone eliminar medidas que impulsen la reunificación familiar y reducir la concesión de permisos de residencia y trabajo.
