Sólo dos países –Chipre e Italia- van a registrar una asistencia superior al 60%. La participación en España, que ocupa el sexto lugar según un estudio del portal Electionista, cae tres puntos desde las elecciones de 2009. En líneas generales, la abstención en todo el Viejo Continente se mantendrá en máximos históricos. La Unión Europea enfrenta, el próximo 25 de mayo, unas elecciones para determinar la nueva forma que adoptará a partir de entonces el Parlamento Europeo y también –por vez primera- quién ocupará la presidencia de la Comisión Europea. Sin embargo, la crisis institucional que atraviesa el Viejo Continente y el consiguiente auge del euroescepticismo podrían llamar a la puerta de la abstención. ¿Será finalmente así?
De momento, sólo se puede especular. Alberto Nardelli, analista político y uno de los principales impulsores del portal Electionista.com, opina que la abstención se va a mantener en la línea que trazó en las elecciones del 2009, cuando la participación alcanzó su mínimo histórico al situarse en el 43% (en comparación al casi 62% obtenido en las elecciones de 1979). Pese a todo Nardelli apunta que en algunos países –como en el Reino Unido o Alemania- el escepticismo hacia el proyecto europeo no implica necesariamente una lejanía con las urnas sino todo lo contrario; ahora viene representado por opciones políticas con aspiraciones como el UKIP o Alternativa para Alemania (AfD).
En lo que a países se refiere, el estudio realizado por Nardelli señala que donde más participación se podría registrar será en Chipre (64%), seguido de Italia (60%), Dinamarca (58%), Austria (49%), Finlandia (43%) y España (un 42%, tres puntos porcentuales menos que en los comicios de 2009). Nuestro país quedaría así por delante de la participación que se registraría en el Reino Unido (41%), donde las últimas encuestas realizadas otorgan al ya citado partido euroescéptico UKIP una gran acogida en las urnas, por delante incluso de alguno de los partidos tradicionales. Una de las proclamas electorales de esta formación es que las puertas del país no pueden estar abiertas a los países del sur de la zona del euro (y principalmente a Grecia, Italia y España) porque la elevada tasa de paro en estos lugares puede conllevar un flujo migratorio muy nocivo para la economía británica.
Los países con menos participación serían, siempre según las expectativas del mentado analista político, Eslovaquia, Polonia y la República Checa, con menos de un 30% en todos los casos. En Alemania la participación sería de un 40% y en Francia de un 39%, la misma que en Portugal. En Grecia esta cifra superaría el 40% pero sin alcanzar el 41%. En términos comparativos, Grecia sería el país donde más caerá la participación (o crecerá la abstención, según se mire) con una bajada del 12%. Enfrente se encuentra el Reino Unido, que es donde más crecerá al subir seis puntos porcentuales respecto a las elecciones de 2009.
