El Gobierno de Colombia califica de «histórico» el inicio del alto el fuego con FARC

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El Gobierno de Colombia califica de «histórico» el inicio del alto el fuego con FARC

Juan Manuel Santos, presidente de Colombia

«Este 29 de agosto empieza una nueva historia para Colombia. Silenciamos los fusiles. ¡Se acabó la guerra con las FARC!». El Gobierno colombiano calificó hoy de «histórico» el inicio del alto el fuego bilateral y definitivo con la guerrilla de las FARC, una de las consecuencias del acuerdo de paz al que llegaron las partes, cuya firma solemne aún está pendiente.
 
El primero en pronunciarse sobre esta etapa, que empezó a las cero horas de hoy, fue el presidente Juan Manuel Santos, quien escribió en Twitter: «Este 29 de agosto empieza una nueva historia para Colombia. Silenciamos los fusiles. ¡Se acabó la guerra con las FARC!».
 
Posteriormente, los integrantes del equipo negociador del Gobierno durante casi cuatro años de conversaciones en La Habana con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) destacaron el logro por lo que significa vivir el primer día en 52 años sin confrontación entre el Estado y ese grupo.
 
«Después de cuatro años de alzas y bajas, personalmente anoche sentí una gran emoción porque después de 52 años y siete millones de víctimas es un hecho enorme», dijo el jefe del equipo negociador del Gobierno, Humberto de la Calle.
 
Por su parte, el general retirado Óscar Naranjo dijo que varios gobiernos intentaron un acuerdo de paz con las FARC, pero apenas ahora «se está registrando un momento verdaderamente histórico con un acuerdo final de paz con cese del fuego».
 
«Es un gran alivio saber que no habrá más víctimas, un gran alivio saber que no habrá más sacrificio de vidas que han arruinado a familias. No se combinarán las armas con la política», destacó Naranjo.
 
Otro delegado del Gobierno en las negociaciones, Frank Pearl, citó una frase del himno nacional de Colombia que reza «el bien germina ya» y comentó que «ahora lo que viene es lograr un país equitativo, próspero, moderno y reconciliado».
 
A su vez, la ministra de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín, que también formó parte de la mesa de negociación, criticó las posturas de los opositores al proceso de paz de cara al plebiscito del 2 de octubre, en el cual los colombianos refrendarán o rechazarán el acuerdo con las FARC.
 
Holguín se refirió a «los que critican desde la comodidad de un club, jugando golf y bebiendo whisky», sin entender la importancia histórica de acabar la confrontación con las FARC.
 
Los negociadores coincidieron en señalar que la finalización del conflicto con las FARC no representa por sí solo la paz del país, pues subsisten otros factores de violencia como el también grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN) y bandas dedicadas al narcotráfico, la extorsión y la minería ilegal.
 
Sin embargo, tanto Naranjo como el también general retirado Jorge Mora, que representaron a las Fuerzas Armadas en la negociación, dijeron que los organismos de seguridad del Estado podrán actuar mejor a partir de ahora contra esos frentes al terminar la persecución de las FARC.
 
«Nos quedan otros problemas y retos, y uno de esos es el ELN, pero solucionado el problema con las FARC las Fuerzas Militares quedan con una mayor acción», dijo Mora.
 
Por su parte, Naranjo comentó que el acuerdo con las FARC «debe ser recibido por otras organizaciones como un mensaje contundente para que se sometan a la Justicia».
 
Los equipos negociadores de ambas partes iniciaron sus reuniones en noviembre de 2012 en La Habana, donde llegaron a acuerdos sobre desarrollo agrario, la participación en política de los guerrilleros que se desmovilicen, la lucha contra las drogas y la aplicación de un sistema de Justicia transicional, entre otros puntos.
 
El miércoles de la semana pasada se anunció la conclusión de la fase de negociaciones con la elaboración de un acuerdo final, tras lo cual tanto el Gobierno como las FARC declararon el alto el fuego definitivo, que empezó a regir hoy, aunque ya desde hace más de un año el conflicto armado estaba virtualmente extinguido.
 
Santos firmará el acuerdo de paz junto con el máximo jefe de las FARC, Rodrigo Londoño, alias «Timochenko», entre el 20 y el 30 de septiembre. El acto se llevaría cabo en Colombia (en Bogotá o Cartagena de Indias), en La Habana o en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York.
 
Tras la firma de la paz, comenzará un plazo de cinco días para que los cerca de 8.000 miembros de las FARC se empiecen a concentrar en 28 sectores específicos donde estarán durante medio año mientras avanza su preparación para reincorporarse a la vida civil y entregar las armas a las Naciones Unidas.

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