Exguardia de Auschwitz, al banquillo a los 94 años

Alemania

Exguardia de Auschwitz, al banquillo a los 94 años

Campo de concentración de Auschwitz

Dado que los crímenes del Holocausto no prescriben, la corte de la ciudad de Detmold analizará el grado de responsabilidad del guardia de entonces poco más de 20 años. Un antiguo guardia del campo de exterminio nazi de Auschwitz de 94 años estará a partir de mañana en el banquillo de los acusados de un tribunal alemán por complicidad en el asesinato de unas 170.000 personas.

El cargo suena monstruoso, en especial si el acusado es solo uno y los hechos datan de hace más 70 años. Pero dado que los crímenes del Holocausto no prescriben, la corte de la ciudad de Detmold analizará el grado de responsabilidad del guardia de entonces poco más de 20 años.

El caso es resultado de una serie de recientes pesquisas contra ex miembros de las tropas parapoliciales SS y reflejo del cambio de enfoque de la Justicia alemana, que se afana por esclarecer los crímenes nazis revisando antiguos casos, en una carrera contrarreloj debido a la avanzada edad de los sospechosos.

La Fiscalía alemana acusa al anciano originario del distrito de Lippe de haber trabajado en el campo principal de Auschwitz entre 1943 y 1944 como miembro de la llamada Unidad Calavera, una unidad de las SS.

En este periodo llegaron al campo 92 convoyes ferroviarios con víctimas judías de las deportaciones. Quienes no estaban en condiciones de trabajar eran llevados directamente a las cámaras de gas. También hubo ejecuciones masivas y muchos murieron por las condiciones inhumanas en el campo.

Los fiscales están convencidos de que el entonces sargento de las SS tuvo conocimiento de los asesinatos y que era consciente de que el sistema de exterminio sólo podía funcionar si las víctimas eran vigiladas por personas como él.

El juicio se enmarca en una serie de procesos abiertos esta década contra otros guardias de Auschwitz. A finales de mes será juzgado un antiguo miembro del servicio sanitario de Auschwitz-Birkenau, de 95 años, y a mediados de abril se espera la apertura del proceso a un ex guardia del campo, de 93 años.

En Kiel, en el norte del país, enfrenta cargos por complicidad en el asesinato sistemático de judíos una mujer de 92 años que trabajó como radiotelegrafista de la jefatura de Auschwitz.

Las acusaciones ponen en relieve que la complicidad no prescribe al igual que el asesinato. El hecho de que hoy en día puedan ser llevados a juicio ancianos ex miembros de las SS se debe a un viraje por parte de las autoridades judiciales, explica el fiscal Jens Rommel.

Rommel dirige la Oficina Central para el Esclarecimiento de los Crímenes del Nazismo, con sede en Ludwigsburg. Según el fiscal, en las primeras décadas tras la guerra el foco fue puesto en los autores de los delitos y no en sus ayudantes. Sólo era juzgado el que había disparado, abierto el conducto de gas de las cámaras o dado la orden de matar.

En los años 1960 se produjeron algunas condenas a ayudantes. Sin embargo, en el año 1969, la Corte Suprema de Alemania emitió una sentencia en la que sostenía que no todo aquél que estuvo involucrado en la maquinaria asesina de los campos de concentración podía ser responsabilizado por todo lo que ocurrió dentro.

A partir de allí, las Fiscalías sólo presentaron demanda contra aquellos a quienes podían demostrar participación directa en los delitos.

El cambio en la perspectiva legal se produjo con la condena de John Demjanjuk a cinco años de prisión en 2011 por complicidad en más de 28.000 asesinatos en el campo de exterminio de Sobibor. El entonces anciano de 92 años murió en 2012.

«El tribunal dejó claro que la maquinaria del sistema de exterminio no podía funcionar sin cada uno de los engranajes», señaló Rommel. Esta argumentación llevó a su equipo a abrir nuevas diligencias.

El proceso contra Demianiuk fue sucedido por otro gran juicio, el del «contable de Auschwitz». Oskar Gröning fue condenado a cuatro años de prisión por complicidad en el asesinato de por lo menos 300.000 judíos.

En la sentencia emitida a mediados de 2015, el juez del tribunal de Luneburgo criticó la antigua jurisprudencia que dejó impunes a tantos miembros de las SS. Recordó que sólo 49 de los 6.500 hombres de las SS que trabajaron durante años en Auschwitz fueron condenados.

Las investigaciones contra los posibles esbirros nazis de otros campos como Majdanek, Bergen-Belsen y Neuengamme también son una carrera contra el tiempo debido a que los acusados son siempre ancianos.

«En la mayoría de los casos es demasiado tarde», afirma Werner Renz, del Instituto Fritz Bauer, especializado en la historia de la persecución de crímenes del Holocausto. Por ello destaca la importancia de juicios como el que comienza mañana. Se trata de resarcir y de corregir un enfoque jurídico escandaloso, recalca.

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