Rallo y Jose Carlos Díez: separados por la economía, unidos contra Podemos

Opinión

Rallo y Jose Carlos Díez: separados por la economía, unidos contra Podemos

José Carlos Diez, economista

Los dos mediáticos economistas ofrecieron un encuentro a la prensa en el que descartaron que la formación morada consiga alterar el rumbo económico del país Juan Carlos Monedero, patentó ya en los primeros tiempos de Podemos una expresión en la que identificaba al nuevo partido con «una fábrica de amor». Una peculiar forma de designar la realidad del profesor de Políticas de la Universidad Complutense de Madrid que, a priorí, no sería en la que uno pensaría al referirse a economistas aparentemente tan dispares como Jose Carlos Díez y Juan Ramón Rallo.

Pero de todos es sabido que la política hace extraños compañeros de cama y, como se hizo patente durante la reciente celebración de la segunda edición del XTB Trading Day, pocas cosas unen tanto como un enemigo común. Díez y Rallo dejaron claro que es casi tan poco lo que les une en una gran variedad de cuestiones económicas, como común es la antipatía con que contemplan a la formación ‘morada’.

Así, por ejemplo, a la hora de ofrecer una serie de ‘recetas’ para mejorar la situación económica del país, José Carlos Díez apostó por medidas como un nuevo modelo de financiación autonómico, un plan de modernización empresarial, modificar la legislación laboral o por un plan europeo de inversiones que se materialice a través de eurobonos. Mientras que, por lo que se refiere al papel de los bancos centrales, el que fuera economista jefe de Intermoney valoró que “a diferencia de los años treinta del siglo pasado», la actuación de estas entidades «había evitado una gran depresión mundial».

Una opinión radicalmente contraria a la de Juan Ramón Rallo quien culpó a los bancos centrales de «obligar a los ahorradores a asumir riesgos, aunque no observasen buenas oportunidades» a través de sus políticas de tipos de interés. Además, el director del Instituto Juan de Mariana definió como un riesgo real la posibilidad de que nuestra economía se vea sumida en un modelo «a la japonesa» ya que, según él, hemos optado por el camino de endeudarnos para evitar hacer reformas.

Por ello, Rallo, consideró positiva la posibilidad de que España se viese obligada a adoptar recortes con carácter inmediato por desviarse de las previsiones de déficit, pese a que reconoció que tendrían en un efecto contractivo «en el corto plazo». Así, el economista de la escuela austríaca valoró que «en un entorno de crecimiento de dos puntos y medio, perder unas décimas no es tan dramático; y, a medio plazo, que el sector público adelgace y, sobre todo, reducir la incertidumbre sobre el défitic público es positivo porque refuerza la credibilidad de la economía española».

Una valoración también aquí divergente con la de Jose Carlos Díez quien criticó que España va a ser «probablemente el primer país del euro en estrenar una sanción por vulnerar los límites de déficit y la cobaya que experimente por primera vez el two-pack«. Como resultado, a partir de ahora, habremos de enfrentarnos a un protocolo de vigilancia reforzada y las medidas correctoras del Consejo, hasta ahora eran recomendaciones, pasaran a ser obligatorias.

Esta situación fue definida por Díez como equiparable a la de «ser el primer país rescatado, sin recibir un euro a cambio«. Un juicio que todavía agravó al apuntar a la responsabilidad del Gobierno español ya que, según el economista, a diferencia de otros años, en esta ocasión «no incumplimos porque la economía vaya peor de lo previsto; sino porque se han tomado medidas discrecionales».

De esta forma, se habría desaprovechado un entorno muy favorable y en el que factores como la bajada de los precios del petróleo o la caída de la prima de riesgo habrían situado nuestro déficit por debajo del límite del 3% simplemente con no hacer nada. Pero, al haber tomado medidas electoralistas, habríamos desaprovechado una oportunidad de oro ya que «cuando deberíamos estar liderando el proceso de reformas; pasaremos a ser un país en vigilancia reforzada que no es respetado por sus socios», criticó Díez.

No obstante, como decíamos, esta severidad en el juicio de Díez la aplicó igualmente a la hora de referirse a las teóricas alternativas de gobierno de los conservadores españoles. Aunque, según el economista palentino, incluso esa disyuntiva política cabría ser cuestionada ya que emitió afirmaciones como que «Carmena ha hecho más austeridad que Botella al tener un superávit mayor que el del año anterior»; o que Colau ha sido responsable de «una caída en el gasto de vivienda del 40%».

«Más austeridad que Merkel»

Así, para Díez, los Gobiernos vinculados a la formación morada en los consistorios de Madrid y Barcelona serían responsables de haber «hecho más austeridad que Merkel» y «tendrían que dimitir al decir una cosa en campaña y hacer otra cuando gobiernan». Y es que, para el mediático académico, el modelo económico de los ‘morados’ no sería otro que el de «que me lo financie todo el BCE», que equiparó a «lo que está pasando en Venezuela». Además, demostraría que «quien lo defienda, no se ha enterado nada de la crisis. Nada», concluyó tajante.

Por ello, el economista soriano defendió que se debería «ir a Europa como un país serio que cumple las normas y que quiere un sistema mejor diseñado; en lugar de ir montar el show y a hacer el antisistema». Una línea en la que, esta vez sí, conicidió con Juan Ramón Rallo quien apuntó también a las instituciones del viejo continente como ‘salvaguarda’ frente a las políticas que podría promover Podemos.

Rallo destacó así que no creía posible que «Europa permita libremente que el PSOE apoye a un Gobierno de Podemos, sin muchas garantías de que no se van a exceder». Por ello, el economista de la escuela austríaca valoro como «poco probable» la perspectiva de un Gobierno que inquiete a los mercados ya que no contaría con una agenda económica marcada por los ‘morados’ y destacó el papel del PSOE como partido responsable al optar por esa vía tras el 20-D y asumir con ello un coste político.

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