Las automovilísticas desembarcan en la meca de la tecnología

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Las automovilísticas desembarcan en la meca de la tecnología

Concesionario de coches

Los fabricantes de automóviles se trasladan a Silicon Valley mientras las grandes tecnológicas se introducen en el negocio del motor. Las automovilísticas cada vez otorgan más peso al software a la hora de diseñar sus nuevos vehículos, hasta el punto de que poco a poco comienzan a convertirse en enormes ordenadores rodantes que nos desplazan de un lado a otro. Por ello, no es de extrañar que los principales actores del sector se hayan desplazado a Silicon Valley, centro neurálgico de las grandes tecnológicas.

Hasta ahora, el valor de un vehículo se estimaba según las partes físicas que provenían de la cadena de montaje, pero ya no es así. De hecho, según la firma de investigación IHS Automotive estima que entre 10% y 25% del costo de fabricar coches y camionetas a día de hoy está vinculado con el software, según recoge The Wall Street Journal.

La mudanza a Silicon Valley no es algo nuevo, de hecho las marcas de lujo alemanas han estado incorporando empleados y tecnologías allí desde los años 90, pero en los últimos tiempos se ha ido acelerando.

Ford Motor abrió hace poco una nueva oficina en la región y planea cuadruplicar su personal allí este año. No sólo las grandes automovilísticas han hecho las maletas, sino que muchos de los principales proveedores de partes, entre ellos Robert Bosch y Delphi Automotive tienen instalaciones de investigación en el área de la bahía de San Francisco.

En la misma línea, aunque sin trasladarse a California, el año pasado Volkswagen compró el laboratorio de investigación y desarrollo de BlackBerry en Alemania, que contaba con 200 empleados. El gigante alemán ha iniciado además una caza de talentos en la que se ha hecho con los servicios de ingenieros y diseñadores de compañías como el fabricante de videojuegos Electronics Arts o incluso Walt Disney.

Mientras las automovilísticas dirigen sus centros de operaciones a Silicon Valley, las grandes tecnológicas también empiezan a coquetear con el mercado automovilístico. El caso más claro es el de Google, cuyo proyecto de un coche autónomo ha desatado todo tipo de rumores en los últimos meses.

El objetivo de la compañía de Mountain View es que su vehículo sin conductor esté en el mercado en 2020. Mientras se espera a ver si se cumple este plazo, ya se han filtrado algunos de los avances que podría incorporar, entre ellos airbags exteriores o un sistema para esquivar obstáculos que se pueda encontrar en la carretera.

Apple también amenaza con revolucionar la industria automovilística, después de que se hayan filtrado diferentes informaciones sobre su entrada en el mercado del coche eléctrico. Aunque los primeros rumores apuntaban directamente a la compra de Tesla Motors, parece finalmente que la compañía de la manzana mordida podría estar desarrollando su propio modelo, aunque todavía se conocen muy pocos detalles del proyecto.

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