El gran hotel Budapest, una película de Wes Anderson

La butaca

El gran hotel Budapest, una película de Wes Anderson

El Gran Hotel Budapest

Una comedia de aventuras con un humor y unas situaciones surrealistas que entretiene gracias a un ritmo trepidante. Wes Anderson está de vuelta con su octava película, ‘El gran hotel Budapest’. En la cinta, que ganó el Oso de Plata en la pasada edición de la Berlinale, donde se proyectó por primera vez para inaugurar el festival, el director de ‘Los Tenenbaums. Una familia de genios’ mantiene su distinguido sello personal.

La historia transcurre en el país ficticio de Zubrowka, en Europa Central, durante el período de entreguerras. ‘El gran hotel Budapest’ es entonces muy popular, especialmente entre las mujeres de cierta edad con grandes fortunas, por el trato y amabilidad del conserje, Gustave H. (Ralph Fiennes) Para ayudarle, llega al lugar un nuevo aprendiz de botones, Zero Moustafa (Tony Revolori), que pronto se convierte en su protegido y confidente.

Gustave encontrará en él a su mejor aliado cuando se ve obligado a huir tras el fallecimiento de una de las mejores clientas del hotel (Tilda Swinton). Una aventura que el propio aprendiz de botones, convertido en el dueño del majestuoso establecimiento, le contará a un joven escritor (Jude Law) que se hospeda allí muchos años después.

La película, con una atmósfera de cuento, responde a todas las características del cine de Wes Anderson, dominado por una mimada escenografía y una composición de plano que lo cuida todo al detalle. El predominio de los planos fijos en busca de la simetría, los colores vivos, la música acorde con la historia o la destacada dirección de actores son otras de las marcas de la casa del realizador.

Acude de nuevo a personajes fuera de lo común, muy extremos y marcados, tanto en su personalidad como en su forma de exteriorizarla mediante su aspecto, su actitud y su vestimenta.

Todo ello convierte a cada uno de los fotogramas de la cinta en una obra de arte, que se merece ser visualizado como si se tratara de un cuadro. Visualmente, Anderson consigue superar su trabajo anterior, la aclamada ‘Moonrise Kingdom’.

Además de estos aspectos característicos del ‘universo wesandersoniano’, nos encontramos ante una película muy divertida. Una comedia de aventuras con un humor y unas situaciones surrealistas que entretiene gracias a un ritmo trepidante. No permite al espectador relajarse en ningún momento.

Más elementos propios del director: unos nombres en el reparto que le acompañan casi desde el comienzo: Owen Wilson, Jason Schwartzman y Bill Murray, que aquí tienen una participación prácticamente simbólica. También Adrien Brody, Edward Norton, Tilda Swinton, Harvey Kietel o Willem Dafoe trabajaron ya con él en alguna o en muchas ocasiones. Y hay rostros nuevos en el universo del realizador, como Saoirse Ronan, Léa Seydoux, Jude Law o el botones al que seguimos en la aventura, Tony Revolori.

A la cabeza de este envidiable elenco, un Ralph Fiennes que pocas veces ha estado mejor. Actor muy ligado al drama que aquí se desvela como un gran intérprete de comedia.

Así, ‘El gran hotel Budapest’ es una película muy disfrutable y recomendable. Wes Anderson sigue fiel a su estilo, pero prevalece un humor y un ritmo que abre su cine a un público más amplio.

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