El especialista Angel García Muñoz propone un maridaje de Bolívar Belicosos Finos con Blancher Brut Gran Reserva. Las navidades se acercan y se trata de un tiempo festivo en el que los habanos y el cava se consumen bastante más que en el resto del año. Por eso, el experto Angel García Muñoz ha preparado para el Club Pasión Habanos, un maridaje con el que realizar un perfecta simbiosis de los sabores y aromas de ambos productos.
García Muñoz ha elegido para la ocasión combinar un Bolívar Belicosos Finos con el cava Blancher Brut Gran Reserva. El experto justifica la elección de este habano por que se trata de un cigarro con «gran carácter y de entidad en lo más profundo de sus sabores y aromas», de capa colorada y un olor terroso previo al encendido.
El experto aconseja encender el puro antes de descorchar el cava y realizar el inicio de la fumada. Muñoz ha seleccionado para el maridaje un espumoso cosecha de 2008, de burbuja fina y persistente, con color amarillo paja y reflejos dorados.
La experiencia conjunta mezcla las primeras notas picantes y amargas del Bolívar con los rastros frescos del cava con un dulzor que nos recuerda un brioche y se amalgama perfectamente con los toques tabaqueros del Belicoso.
El Blancher, que ha sido elaborado con un coupage de vinos procedentes de uvas Macabeo, Parellada y Xarel.lo, entre otras, desprende un aroma fresco a pesar de su envejecimiento de más de 36 meses y permite aligerar los tonos más profundos del sabor terroso del habano.
García explica también que una vez avanzada la combustión del Bolívar, la fortaleza crecida de los sabores tabaqueros, con alguna nota amarga que deja rastros de cacao en la cavidad bucal, el Blancher permite un paso ligero y fresco que amaina la intensidad en nuestras papilas gustativas, quizás debido a su cremosidad.
En el último tercio de la fumada del Bolívar, se produce, según la experiencia de este experto, una gran potencia de sabores, un incremento sensible de su fortaleza y el proceso se ve magníficamente bien acompañado en boca por la frescura de los toques frutales del Blancher, que deja rastros muy equilibrados en el paladar.
