Las tensiones no paran de crecer en la corporación, pero el presidente intenta restarle importancia al conflicto. La tensión no para de subir en RTVE y ha alcanzado ya unas cimas históricas, según algunos conocedores de la difícil situación por la que pasa el Ente público en estos momentos.
A finales de la pasada semana, la secretaria general del Consejo de Administración de la compañía, Laura de Rivera, negó públicamente que ya estuviera decidido el cierre de Teledeporte, uno de los motivos por los que los sindicatos han convocado la movilización.
Según ella, una de las ejecutivas más cercanas al presidente, Leopoldo González-Echenique, la decisión no está tomada, sólo sería una posibilidad que se estaría estudiando. Claro que, posteriormente también admitió que una de las opciones que se barajaba para mantener vivo el canal es que se emitiera sólo en Internet.
Estas declaraciones han ‘calentado’ aún más el ambiente. Para los sindicatos, el nuevo Plan de Viabilidad supone prácticamente un desafío gratuito porque suma recortes a los ya negociados en un duro convenio colectivo que necesitó dos referéndums para lograr la aprobación de la plantilla.
Estos ajustes adicionales habrían sido exigidos, aparentemente, por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, tras haber inyectado 130 millones a la empresa para que eludiera una posible ‘quiebra’ técnica.
Pero los representantes de los trabajadores están convencidos de que no se trata simplemente de continuar imponiendo la austeridad para cuadrar las cuentas. Opinan que todos estos movimientos forman parte de un plan para desmantelar la televisión pública.
