La industria automotriz atraviesa un momento complejo, marcado por la presión en los márgenes, la transición tecnológica y la incertidumbre económica. En este contexto, Volvo Cars ha dado un paso drástico al anunciar este lunes un plan de reestructuración que incluye el despido de 3.000 empleados en todo el mundo, en torno al 15% de la plantilla de sus oficinas.
Según ha informado la compañía, el mayor impacto se sentirá en Suecia, donde se recortarán unos 1.200 empleos entre personal de oficina y consultores. Esta medida forma parte de un plan estratégico valorado en 18.000 millones de coronas suecas (1.660 millones de euros) para crear una organización más ágil, eficiente y con costes estructurales más bajos.
Despidos, consultores y negociación sindical
Volvo Cars ha iniciado las negociaciones con los sindicatos y notificará hoy a las autoridades del mercado laboral sueco sobre los recortes. Además de los 1.200 empleados suecos, la empresa prevé eliminar otros 1.000 puestos de trabajo ocupados actualmente por consultores, en su mayoría también en Suecia. El resto de despidos se distribuirán por otros mercados globales, aunque aún no se ha detallado cuántos ni en qué países.
Volvo reducirá 3.000 empleos globalmente, incluyendo 1.200 en Suecia y 1.000 consultores, en una reestructuración que durará hasta otoño de 2025
Coste millonario y efectos financieros
La compañía estima que el plan de reestructuración supondrá un coste único de hasta 1.500 millones de coronas suecas (138 millones de euros), que afectará a los resultados financieros del segundo trimestre de 2025. Los efectos económicos comenzarán a notarse a partir del cuarto trimestre de 2025 y se prolongarán hasta 2026.
El próximo 17 de julio, fecha en que Volvo Cars presentará sus resultados, se darán a conocer más detalles del plan.
Un paso clave para la estrategia de futuro
El CEO de la compañía, Hakan Samuelsson, ha defendido la necesidad del recorte como parte de una estrategia para asegurar la sostenibilidad a largo plazo de la empresa:
«Es una decisión difícil, pero necesaria para construir una Volvo Cars más fuerte y resiliente»
Según Samuelsson, el objetivo es mejorar el flujo de caja y reducir costes de forma estructural, sin perder de vista el desarrollo del talento necesario para el futuro ambicioso que se ha trazado la firma sueca.