¿Visitó Cuba el gallego mafioso pero leal?

Cuba

¿Visitó Cuba el gallego mafioso pero leal?

La segunda temporada del serial Vivir sin permiso ha tocado a fondo en muchos hogares.

Vivir sin permiso
Miles de cubanos lo vimos, congelamos la imagen y ahí estaba el regalo del jefe y amigo: pasta en abundancia, pasaporte, billete de avión y una guía turística para que no se perdiera en sus sueños por conocer la isla. Se lo explicó claramente, de su puño y letra: “ (…) también un pasaporte y un billete a La Habana. Por fin irás a Cuba. Siento no poder acompañarte, pero tengo otros planes…” No le estoy tomando el pelo a nadie. La segunda temporada del serial Vivir sin permiso ha tocado a fondo en muchos hogares cubanos gracias a ese invento prodigioso que llamamos “paquete”, una suerte de alternativa televisiva ante una tv que nos desamina cada día. No es la primera serie que recibimos. Cualquier cubano de a pie podrá sorprender al visitante al contarle otros casos, en extensa lista, que ni el recién llegado ha visto o, en el mejor de los casos está siguiendo o vio en su momento. Muy bien contada la historia, con un equipo de realización cinco estrellas y actores de gran profesionalidad hasta en papeles menos que secundarios. Vivir sin permiso ha tenido el prodigio de entretenernos con la trama y el paisaje gallego las noches en días aciagos. Una verdadera lástima y gran pesar de que Ferro no nos haya visitado junto a su inseparable Nemo. O dicho de otra forma, que hayan puesto un pie en la isla, el gran José Coronado y el no menos impresionante Luis Zahera, que nos da igual sea el personaje o el actor. Allá los críticos y especialistas. Muchos serán los agradecimientos de nuestra parte. Entre ellos, a Aitor Gabilondo por ese guiño de unos pocos segundos a Cuba.

Miles de cubanos lo vimos, congelamos la imagen y ahí estaba el regalo del jefe y amigo: pasta en abundancia, pasaporte, billete de avión y una guía turística para que no se perdiera en sus sueños por conocer la isla.

Se lo explicó claramente, de su puño y letra: “ (…) también un pasaporte y un billete a La Habana. Por fin irás a Cuba. Siento no poder acompañarte, pero tengo otros planes…”

No le estoy tomando el pelo a nadie. La segunda temporada del serial Vivir sin permiso ha tocado a fondo en muchos hogares cubanos gracias a ese invento prodigioso que llamamos “paquete”, una suerte de alternativa televisiva ante una tv que nos desamina cada día.

No es la primera serie que recibimos. Cualquier cubano de a pie podrá sorprender al visitante al contarle otros casos, en extensa lista, que ni el recién llegado ha visto o, en el mejor de los casos está siguiendo o vio en su momento.

Muy bien contada la historia, con un equipo de realización cinco estrellas y actores de gran profesionalidad hasta en papeles menos que secundarios. Vivir sin permiso ha tenido el prodigio de entretenernos con la trama y el paisaje gallego las noches en días aciagos.

Una verdadera lástima y gran pesar de que Ferro no nos haya visitado junto a su inseparable Nemo. O dicho de otra forma, que hayan puesto un pie en la isla, el gran José Coronado y el no menos impresionante Luis Zahera, que nos da igual sea el personaje o el actor.

Allá los críticos y especialistas. Muchos serán los agradecimientos de nuestra parte. Entre ellos, a Aitor Gabilondo por ese guiño de unos pocos segundos a Cuba.

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