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Violencia obstétrica: Proposiciones de ligadura de trompas durante las cesáreas

Embarazada

Embarazada

La ligadura de trompas es un método anticonceptivo irreversible que se realiza a través de una cirugía. Al ser un procedimiento médico que implica una anestesia general, las mujeres que optan a someterse a ello, deben firmar un consentimiento y ser informadas por completo de la práctica.

Desde la asociación El Parto es Nuestro, centrada en temas relacionados con mujeres y embarazo, consideran que la proposición de esta intervención en el momento previo a una cesárea, ocasionaría que las mujeres no pudieran tomar la decisión con la meditación necesaria.  “Las embarazadas no parten de una cesárea electiva, primero están pensando en tener un parto normal, aunque a veces se hace necesaria la cesárea. Entonces como mujer estás pensando en tener a tu bebe y lo último que necesitas en el nacimiento de tu hijo es que te propongan la esterilización”, concreta la vicepresidenta de la asociación, Virginia Murialdo.

Para Murialdo las cesáreas son importantes y tienen que ser respetuosas, de forma que las mujeres puedan dar la bienvenida a su bebe sin mayores inconvenientes. “En cambio, te piden que tomes una decisión trascendental con el coctel de analgésicos que llevas encima”, establece. Desde su punto de vista, el hecho de proponer una ligadura en ese momento es contradictorio, ya que durante el tercer trimestre las embarazadas reciben los papeles de consentimiento de la epidural. Para ella, deberían en ese período ser preguntadas también por si quieren una esterilización. “Se facilita el acceso de las mujeres a la epidural y luego en medio de la cesárea se les consulta por una ligadura”, aclara: “Apenas consideran las perspectivas de las mujeres. No tienen en cuenta cómo se pueden tomar que se les proponga esterilizar en el momento de nacimiento de su bebe”.

¿Algo habitual o una excepción?

¡Por otro lado, desde  la Sociedad Marcé de Salud Mental Perinatal (MARES) creen que estás prácticas son la excepción y no la regla. “Ofrecerlo durante el momento del parto no suele ser lo habitual”, añade la médica especialista en ginecología y obstetricia Beatriz Lorente, socia de MARES. Una mujer para que pueda acceder a esta práctica tiene que ser informada de sus riesgos y beneficios. “Es un procedimiento quirúrgico y como tal la persona tiene que ser informada de sus riesgos y beneficios, de la irreversibilidad de la misma y firmar un documento de consentimiento informado”, concreta Lorente.

En cuanto a si una ligadura de trompas durante una cesárea sería peligrosa, la ginecóloga acredita que no. “En realidad es sencillo, se trata de coagular y seccionar las trompas, añade solo cinco minutos más a la intervención”, explica Lorente. Incluso, tendría menos riesgos que de hacerse solo la ligadura. “En el caso de una esterilización programada como procedimiento único estaríamos asumiendo los riesgos de una anestesia general o lesiones de entrada de cavidad abdominal”, comenta. Para ella, es importante concretar que la vasectomía sería mucho más sencilla: “Es con anestesia local y tiene un postoperatorio mucho menos doloroso”.

“Abuso de autoridad médica con componentes patriarcales y machistas”

Virginia Murialdo considera la proposición de ligadura de trompas durante el parto como uno de los ejemplos de la violencia obstétrica que sufren las mujeres en relación a la reproducción. “Existe una tendencia por parte de los profesionales de ginecología a considerar a las mujeres esterilizables pasadas una edad. Consultar sobre una esterilización definitiva no es exclusivamente de las cesáreas”, establece la vicepresidenta de El Parto es Nuestro: “Es un problema sistémico y cultural”.

Para ella, demasiados profesionales de la ginecología se toman la libertad de ofrecer un método anticonceptivo en el momento en el que ellos consideran adecuado. Lo que no sucedería en el caso de los hombres, a los que apenas se les propondría la realización de una vasectomía. “Existe un abuso de autoridad médica que está rodeada de componentes patriarcales y machistas, a ellos no se les propone”, sentencia Murialdo. “Estamos hablando de violencia obstétrica, no solo de mala praxis. Existe una mentalidad que nos cosifica. Desde la biomedicina se nos trata a las mujeres como objetos, no sujetos de derecho, sin autonomía ni responsabilidad”, denuncia.

 

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