La misión, compuesta por embarcaciones civiles con bandera internacional, tenía como objetivo denunciar el bloqueo israelí al enclave palestino y simbolizar el envío de ayuda humanitaria. Israel interceptó los barcos a comienzos de mes, alegando motivos de seguridad. Desde entonces, los activistas permanecen bajo custodia mientras algunos se niegan a ingerir alimentos como forma de protesta.
La flotilla sostiene que “la no violencia no es pasividad” y que la huelga representa una respuesta moral frente a la privación alimentaria impuesta sobre Gaza desde hace casi dos años. Los organizadores han identificado a activistas procedentes de Australia, Francia, Grecia, Italia, Países Bajos, Turquía, Reino Unido y Estados Unidos, además de los seis españoles.
Los españoles entre los huelguistas
Los nombres difundidos por la organización incluyen a Alejandra Martínez Velasco, Ana María Martín López, Simón Francisco Vidal Ferrandis, Lluís de Moner Mayans y Sandra Garrido Fernández, entre otros. Todos ellos fueron detenidos durante la interceptación naval y trasladados al puerto israelí de Ashdod.
Entre los motivos de la protesta, los participantes denuncian la falta de información sobre su situación jurídica y el trato recibido durante la detención.
Los activistas reivindican que la huelga de hambre es un acto de resistencia pacífica y una forma de llamar la atención internacional sobre el bloqueo de Gaza
La Global Sumud Flotilla recuerda casos históricos de presos palestinos que utilizaron esta forma de protesta, como el de Jader Adnan, fallecido en 2023 tras 87 días sin comer, convertido en símbolo de la resistencia no violenta frente al encarcelamiento prolongado.
Denuncia de una “política de hambruna”
En su comunicado, la flotilla asegura que “la hambruna no es una tragedia, sino una política”. Según su declaración, desde octubre de 2023 Israel habría interrumpido el acceso a alimentos, agua, electricidad y combustible, atacando además campos de cultivo y convoyes humanitarios. Afirman que el 95% de las tierras agrícolas de Gaza están destruidas, lo que impide la autosuficiencia alimentaria.
Israel mantiene que sus acciones se enmarcan en la lucha contra Hamás, pero organizaciones humanitarias advierten de que la población civil sufre los efectos más severos.
La hambruna en Gaza se agrava mientras la ayuda internacional sigue siendo insuficiente y las restricciones impiden el ingreso de suministros básicos
Implicaciones legales y diplomáticas
La interceptación en aguas internacionales plantea controversias jurídicas sobre la legitimidad de la acción israelí. Diversos gobiernos estudian medidas para asistir a sus nacionales y reclamar garantías procesales. En el caso español, el Ministerio de Exteriores evalúa gestiones consulares para los seis ciudadanos retenidos.
Los activistas que rechacen la deportación podrían ser trasladados a centros de detención en el desierto del Néguev. Mientras tanto, familiares y organizaciones solidarias reclaman su liberación inmediata y una investigación sobre las condiciones de arresto.
La presión internacional aumenta a medida que los huelguistas ponen en riesgo su salud para exigir su liberación y denunciar la situación en Gaza
Datos principales de la flotilla
| Dato | Detalle |
|---|---|
| Fecha de intercepción | 1–2 de octubre de 2025 |
| Activistas en huelga de hambre | 22 |
| Nacionalidades implicadas | 14 países, incluidos España y Francia |
| Españoles detenidos | 6 |
| Lugar de retención | Puerto de Ashdod (Israel) |
| Denuncia principal | Política de hambruna y bloqueo sobre Gaza |
Escenario abierto
La huelga de hambre ha sumado una nueva dimensión política al conflicto. La crisis humanitaria en Gaza, junto a la situación de los activistas, vuelve a colocar a Israel en el centro del debate internacional. Mientras continúan las presiones diplomáticas, el desenlace dependerá de la evolución del estado de salud de los huelguistas y de las decisiones judiciales en curso.










