En diciembre de 2019, Ursula von der Leyen regresó a Bruselas como presidenta de la Comisión Europea con una promesa ambiciosa: hacer de Europa el primer continente climáticamente neutro. Con una coalición ideológicamente plural —formada por Margrethe Vestager y Frans Timmermans—, su proyecto inicial se presentó como una apuesta por la transición ecológica y la cooperación política.
Sin embargo, en su segundo mandato, Von der Leyen parece haber cambiado de piel. Su estilo, ahora más centralizador y estratégicamente pragmático, se ha hecho evidente en decisiones como el diseño del nuevo presupuesto comunitario, preparado con escasa participación de los comisarios.
El ascenso del influyente jefe de Gabinete Bjoern Seibert ha acentuado esta deriva. Su poder tras bambalinas ha facilitado que la presidenta actúe con una autonomía inédita en Bruselas, diluyendo las voces críticas de comisarios como Thierry Breton o Nicolas Schmit.
El estilo colegiado que marcó la primera legislatura ha sido sustituido por un modelo más cerrado y vertical, donde las decisiones clave se concentran en un círculo estrecho de confianza
El Pacto Verde, desaparecido del discurso y del presupuesto
Uno de los cambios más llamativos ha sido la práctica desaparición del Pacto Verde Europeo, hasta hace poco la joya de la corona del primer mandato de Von der Leyen. En la nueva propuesta presupuestaria para el periodo posterior a 2028, el término ni siquiera aparece mencionado.
Medidas clave como el Mecanismo de Ajuste en la Frontera del Carbono se están diluyendo en propuestas de simplificación legislativa. Y la estrategia «De la granja a la mesa», antaño estandarte verde de la política agrícola europea, ha desaparecido casi por completo de la narrativa oficial.
La exclusión del Pacto Verde en la nueva visión agrícola de la Comisión ha sido interpretada por muchos como un entierro silencioso más que como una reorientación
Sanidad, otra víctima colateral del nuevo rumbo
La ambiciosa Unión Europea de la Salud también ha perdido impulso. El Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer, presentado con gran entusiasmo y respaldado por 4.000 millones de euros, sufre ahora recortes drásticos.
Año | Fondos EU4Health dedicados al cáncer |
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2024 | 115 millones € |
2025 | 60 millones € |
Además de la reducción presupuestaria, los objetivos sanitarios se han desdibujado, integrando enfermedades como las cardiovasculares dentro de una estrategia más difusa y con menor capacidad de acción
Normativas antes prioritarias, como la regulación de camas solares o restricciones al tabaco y al alcohol, han quedado aparcadas sin explicaciones claras.
La Defensa, nuevo eje del poder europeo
Mientras se desmantelan los antiguos compromisos ecológicos y sanitarios, Von der Leyen ha redoblado su apuesta por la Defensa, en un giro coherente con su pasado como ministra de Defensa en Alemania.
La propuesta para el próximo ciclo presupuestario contempla multiplicar por cinco los fondos europeos destinados a Defensa y espacio, una cifra sin precedentes que refleja un cambio radical de prioridades.
Además, la Comisión ha propuesto una batería de medidas estructurales:
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Reorientación de fondos de cohesión hacia Defensa
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Flexibilización de reglas fiscales para favorecer el gasto militar
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Creación del Fondo Europeo de Competitividad
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Préstamos SAFE a bajo interés
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Iniciativas conjuntas de I+D militar
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Plan de movilidad militar para facilitar el despliegue de tropas
Con Estados Unidos centrando su atención en el Indo-Pacífico y el conflicto en Ucrania aún latente, la Comisión parece decidida a reforzar el papel geoestratégico de la UE de cara a 2030
¿Una transformación o una revelación?
El contraste entre la Von der Leyen de 2019 y la actual no podría ser más marcado. De adalid del clima y la salud pública, ha pasado a liderar una agenda centrada en la seguridad, el gasto militar y el control interno de la Comisión.
¿Es esta su verdadera naturaleza política, camuflada durante la primera legislatura? ¿O se trata de una adaptación estratégica al nuevo entorno internacional? En Bruselas, el debate está abierto.
Quizás la presidenta no haya cambiado tanto como algunos creen. Quizás simplemente ha dejado de interpretar el papel que se esperaba de ella. Y si ese es el caso, la verdadera pregunta es: ¿está Europa preparada para esta nueva Ursula von der Leyen?