Una familia denunciará a una residencia intervenida por la Comunidad de Madrid «con 90% de contagiados»

Residencias de ancianos

Una familia denunciará a una residencia intervenida por la Comunidad de Madrid «con 90% de contagiados»

"Nos dijeron que el Hospital de El Escorial y el geriatra lo rechazó y que había una orden de la Comunidad de Madrid en la que negaban a trasladar a estos ancianos".

Residencia Las Golondrinas de Robledo

La familia de Francisco de Prada, un anciano de 83 años fallecido por coronavirus el 4 de abril en la residencia Las Golondrinas de Robledo de Chavela, intervenida hace unos días por la Comunidad de Madrid, va a presentar una denuncia en Fiscalía y ante los Juzgados contra el director de este centro por su «mala gestión» durante estas semanas de crisis.

Según ha relatado a Europa Press Paloma de Prada, su padre, de 83 años, se encontraba razonablemente bien y hacía vida normal en este geriátrico privado hasta el 31 de marzo que empezó a padecer síntomas que achacaron primeramente una infección de orina. Con el paso de los días fue empeorando pero no pudieron comunicarse telefónicamente con él hasta poco antes de ser sedado. Pese a su insistencia «por activa y por pasiva», no le trasladaron a un hospital.

«Nos dijeron que el Hospital de El Escorial y el geriatra lo rechazó y que había una orden de la Comunidad de Madrid en la que negaban a trasladar a estos ancianos», ha señalado.

Durante esa semana antes de su muerte el día 4 de abril, los allegados de Francisco llamaron a la Guardia Civil, donde les animaron a denunciar lo sucedido porque sabían que esa residencia «estaba completamente infectada». Además, les enviaron a la Unidad Militar de Emergencias para que desinfectara la residencia. De hecho, en esa semana el 90 por ciento de la treintena de usuarios de Las Golondrinas tenía coronavirus.

Pese a ello, la hija del fallecido ha apuntado que las primeras semanas los trabajadores no contaban con medios de protección ni mascarillas suficientes, además de carecer de personal. «El director nos contó que había varios empleados en el hospital y alguno más de baja, cuando son solo una docena», ha explicado.

Igualmente cree que no se cumplía la norma de separación por zonas para afectados y no afectados de coronavirus, dictadas en los decretos del Gobierno. «Mi padre el día 31 estaba en zonas comunes con más personas. Había mucho bullicio cuando le llamamos», ha explicado Paloma de Prada, quien se queja también de la «falta de información» de la dirección del centro.

Y es que, según ha expuesto, no obtuvo el tratamiento que le aplicaban a su padre, ni la prometida comunicación diaria marcada por las órdenes regionales. Solo cuando amenazó con denunciar lo que ocurría en el Juzgado le enviaron una foto de él poco antes de su muerte. En el parte de defunción de Francisco consta que murió de paro cardiaco con neumonía bilateral con «sospecha elevada de coronavirus».

«El director ha sido un irrespetuoso y un mentiroso patológico. No entiendo esta falta de humanidad. Los perros se mueren con más dignidad que mi padre», ha manifestado indignada Paloma, que se va a poner en contacto con la funcionara interventora de la Comunidad para conocer cómo murió de verdad su padre.

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