Una estrategia con objetivo múltiple

Cataluña

Una estrategia con objetivo múltiple

La estratagema de los independentistas catalanes de querellarse contra el juez Llarena no es tan burda y condenada al fracaso como parece.

Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat de Cataluña

Muchos se están preguntando qué sentido tiene que una parte del Parlament se querelle contra el juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, en contra de la otra parte y del criterio de los propios servicios jurídicos de la Cámara que, paradójicamente, tendrán que ser los que redacten una querella que estiman absurda. Hay que reconocer que de entrada la iniciativa choca y chocaría más si los secesionistas catalanes no nos tuviesen tan acostumbrados a sus continuas faras y provocaciones políticas.

De entrada choca porque no deja de ser una incongruencia política total que los que considerándose extranjeros, rechazan y denigran la autoridad de la Justicia española, pongan en manos de los jueces las discrepancias que legítimamente puedan mantener con ellos. No es la primera vez que ocurre que con la misma facilidad con que violan la Ley y desacatan a la autoridad luego recurren a ella cuando la necesitan. Pero esto no pasa ya de ser algo anecdótico aunque ofrezca aspecto de idiotez.

Lo más probable es que la estratagema no sea tan burda y condenada al fracaso como parece. Seguramente hay otras intenciones indirectas, por ejemplo disfrazar la división y el enfrentamiento que existe entre ellos, republicanos y ex convergentes. Una parte no quiere que el candidato que propone Puigdemont sea investido y que la Justicia lo rechace es la mejor noticia que podrían recibir. Con su apoyo a la querella contra el juez disfrazan su satisfacción y siguen ofreciendo una imagen de unidad falsa.

Pero hay algo más, con la querella contra el juez que lleva el caso continúan forzando que corra el calendario y que, en contra de lo que pretenden sus socios y al tiempo enemigos, cada vez se contemple como más próxima la fecha para la repetición de las elecciones. Y no solo: entre tanto, continúan consiguiendo que el conflicto mantenga su presencia en los medios de comunicación, sobre todo extranjeros. Es lo que de momento les sigue dando vida política y no regatean estratagemas para conseguirlo.

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