Científicos japoneses han diseñado un sensor electrónico que se pega a la piel durante una semana sin provocar daños cutáneos a la persona que lo lleva. El dispositivo monitoriza las constantes vitales de forma continua y está construido a escala nano a partir de unas finas mallas transpirables. Según los expertos, este aparato mejorará los cuidados médicos de pacientes sin causarles estrés o incomodidad.
En los últimos años, los aparatos electrónicos portátiles empleados para monitorizar las constantes vitales han perfeccionado su rendimiento y características. Gracias al empleo de materiales ligeros y altamente elásticos, estos nuevos dispositivos conectados directamente a la piel han permitido realizar mediciones de gran precisión.
Sin embargo, diferentes pruebas dermatológicas han demostrado que los parches cutáneos fabricados hasta el momento no permiten la transpiración y causan irritaciones e inflamaciones en la piel.
Para lidiar con estos inconvenientes, un equipo de científicos de la Universidad de Tokio (Japón) ha creado un sensor electrónico hipoalérgico que se puede adherir a la piel durante una semana sin provocar daños cutáneos a la persona que lo lleva.
El dispositivo, presentado en la revista Nature Nano Technology, está construido a escala nano a partir de unas finas mallas transpirables que no dañan la piel, y que permiten monitorizar las constantes de una persona de forma continua durante un largo periodo de tiempo.
El aparato contiene un polímero –soluble en agua– de alcohol de polivinilo (PVA) y una capa de oro. Así, esparciendo un poco de agua en la piel y aplicando después el parche, el PVA se disuelve y permite al dispositivo pegarse sin problemas. Además, el sensor se adapta a las superficies curvilíneas.
Un sensor adaptado a cada persona
Los ingenieros han probado el parche cutáneo en más de 20 personas durante una semana y no han detectado ningún problema en la piel de los participantes. En las pruebas de permeabilidad, los expertos han observado que el dispositivo intercambia una mayor cantidad de gases que los materiales de otros sensores. También han certificado la durabilidad mecánica del aparato y su fiabilidad a la hora de realizar electromiogramas.
“Será posible monitorizar las constantes vitales sin causar estrés o incomodidad al paciente”, asegura Takao Someya, autor principal del estudio. Además de usarse para cuidados médicos, este nuevo dispositivo podría emplearse para controlar las constates fisiológicas de deportistas y mejorar su rendimiento, asegura el científico.
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