La fusión entre BBVA y Banco Sabadell vuelve a poner en el centro del debate la creciente concentración bancaria en España. Aunque la operación ha recibido el visto bueno de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), su impacto laboral y financiero ha encendido las alarmas de los principales sindicatos. UGT y Comisiones Obreras (CCOO) advierten de los efectos negativos que puede tener tanto para el empleo como para la competitividad y la calidad del servicio a clientes.
Riesgo para el empleo y los trabajadores del sector financiero
Los secretarios generales de UGT y CCOO, Pepe Álvarez y Unai Sordo, han señalado que esta operación representa «una mala noticia» para los trabajadores del sector. Denuncian que este tipo de fusiones tiende a provocar recortes de plantilla, cierres de oficinas y pérdida de derechos laborales.
“Esperamos que los accionistas reconsideren esta operación y que el Gobierno actúe en defensa del interés general”, ha declarado Álvarez
Los sindicatos temen que la integración de Sabadell en BBVA suponga despidos masivos y precarización laboral, una tendencia que ya se ha observado en fusiones anteriores dentro del sistema bancario español.
Menos competencia, peores condiciones para los clientes
Desde CCOO, Sordo ha advertido sobre el impacto negativo en los consumidores: «España no debe continuar por un proceso de concentración bancaria», ya que ello implica menos opciones para los clientes, menos presión para mejorar servicios y tipos de interés menos competitivos.
Además, ha recordado que las entidades como Sabadell, con fuerte presencia en el tejido empresarial de pequeñas y medianas empresas, cumplen un papel clave en la financiación de la economía productiva.
“Es preocupante que las entidades con más vínculo con el tejido productivo sean absorbidas, cuando cumplen una función esencial en el flujo económico”, ha añadido
Crítica al modelo de crecimiento del sector bancario
UGT y CCOO no se oponen a una mayor proyección internacional del sector financiero, pero rechazan que esta se base en la absorción de bancos locales. Proponen que se apueste por una unidad bancaria europea más equilibrada y no por consolidaciones que debiliten el sistema financiero interno.