El libro de Patricio Ortiz sobre Mick Jagger y su hija cubana, junto a una camiseta de los Rolling Stones.
Cuando ocurre esa mezcla de realidad y ficción en una obra literaria hay que ser todo un conocedor para lograr establecer la frontera entre lo uno y lo otro. Y yo, damas y caballeros, debo confesar modestamente que temo haberla encontrado tras leer con gusto e interés La hija cubana de Mick Jagger, del escritor mexicano Patricio Ortiz.
Como pan caliente recién salido del horno-imprenta, auspiciado por el Fondo de Cultura Económica, un pariente residente en México ha tenido la gentileza de poner en mis manos La hija cubana de Mick Jagger. Buen motivo para no salir a la calle a lidiar con mosquitos y otras adversidades. Permanecer el fin de semana en amena e interesante lectura relacionada con aquella visita histórica de la banda a la isla en marzo de 2016.
Acontecimiento extraordinario que bien pudiera clasificar desde ya entre los más significativos del nuevo siglo en Cuba. Una extensa gira por casi toda Latinoamérica para terminar gratuitamente entre nosotros que, por caprichos de agenda, no pudo coincidir con uno que no perdería la ocasión de saltar junto a los nacionales en aquella amplia explanada: el presidente estadounidense Barack Obama.
Para evitar equívocos, esta es la opinión de un lector, de un cubano que ha vivido toda la historia de la revolución desde 1959.Para nada crítico literario, callejero por excelencia y amante del rock más enemigo acérrimo del reguetón y la “timba feroz” como le llamaba otro Guido ya difunto, cantante de Dimensión Vertical, mi grupo favorito en ese entonces al que siempre le pedía Proud Mary, de los Creedence Clearwater Revival.
Patricio Ortiz, su autor, ha contado muy bien la historia tras dejar un retrato realista de la capital cubana de esos años, además de las peripecias que Mick Jagger le encargó a su amigo el periodista alemán Guido Wagner para encontrar a su hija cubana y el ”corre-corre” por la capital, Matanzas y Pinar del Río.
Una trama bien contada, aunque extremadamente complaciente con esos rituales religiosos traídos del continente africano que profesan no pocos cubanos y hasta extranjeros que acuden la isla para hacerse “santos” y conseguir un “padrino” que les ilumine el camino de la vida así vivan en la desarrollada Europa.
Por otra parte, una desafortunada imagen de los cuerpos de seguridad cubanos que no se corresponde con su actuar profesional y ético. Lo sostengo con conocimiento de causa por haber cubierto durante muchos años casos tratados por la policía y órganos de la seguridad.
Si el “rockstar” tuvo o no una hija cubana, lo dejo con esa sentencia recurrente de Reinaldo Taladrid, un colega amigo, en un muy popular programa televisivo. Siempre nos invita, al terminar, a que “saque usted sus propias conclusiones”.
Salvo ambos elementos antes apuntados, recomiendo su lectura. Y, aunque no quede muy de manifiesto por Patricio Ortiz, sin duda alguna que esta mística ciudad que es la capital cubana y sus gentes, impresionan desde entrar al aeropuerto en plan Guido Wagner, como simple turista o con propósitos literarios.
La cumbre de Johannesburgo es histórica: es la primera que se celebra en el continente…
Las autoridades sanitarias gazatíes han confirmado múltiples bombardeos en distintas zonas del enclave, con familias…
La movilización ha evidenciado el malestar persistente entre familias, colectivos y profesionales ante la gestión…
El último informe de Eurostat sitúa a España como el país con peor desempeño en…
El estudio presentado por la Fundación Adecco en el marco del Día Internacional de la…
El colectivo denuncia que el sistema de residencias continúa marcado por carencias estructurales que quedaron…