Los indultos de Trump se han convertido en una herramienta de recompensa política. Esta semana, el presidente de EEUU ha vuelto a utilizar su poder de clemencia para favorecer a simpatizantes y aliados, repitiendo un patrón que inició en su primer mandato. Desde figuras condenadas por corrupción hasta participantes del asalto al Capitolio, los perdones consolidan el uso partidista de una prerrogativa presidencial que tradicionalmente está sujeta a criterios legales objetivos.
«Que ningún MAGA quede atrás», repitió Ed Martin, abogado encargado de los indultos, en sus publicaciones en redes sociales
Trump indulta a aliados condenados por corrupción
Entre los indultos más recientes se encuentra el de Scott Jenkins, exsheriff de Virginia condenado por sobornos, y defensor del derecho a portar armas. También fueron beneficiados John Rowland, exgobernador republicano de Connecticut condenado por corrupción, y Mark Bashaw, un exmilitar sancionado por desobedecer protocolos sanitarios durante la pandemia.
Estos casos refuerzan la tendencia del mandatario a indultar a figuras que han mostrado lealtad política o mediática, como los Todd y Julie Chrisley, celebridades televisivas encarceladas por fraude y evasión fiscal. Su hija, Savannah Chrisley, ha sido una defensora activa de Trump en actos públicos.
Conmutaciones para donantes y figuras cercanas a Trump
Trump también ha conmutado la pena de Imaad Zuberi, empresario y donante republicano condenado por donaciones ilegales y evasión de impuestos, entre otros delitos. La conmutación ocurre pese a que Zuberi fue objeto de una de las investigaciones más mediáticas de los últimos años por su rol como intermediario entre intereses extranjeros y políticos estadounidenses.
Estos indultos marcan una ruptura con el procedimiento habitual, que suele estar regulado por el Departamento de Justicia, y refuerzan la visión de los indultos como arma política
Más de 1.500 indultos para los implicados en el asalto al Capitolio
El perdón masivo firmado el 20 de enero incluyó a 1.500 personas que participaron en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. Muchos de ellos fueron condenados por agresiones a la policía y otros delitos graves cometidos durante la invasión del Congreso.
Esta medida, que Trump ejecutó el mismo día de su retorno al poder, representa uno de los gestos más simbólicos hacia su base MAGA, que sigue creyendo en la narrativa de fraude electoral tras su derrota en 2020.