El presidente de EEUU, Donald Trump, ha lanzado duras críticas contra la Universidad de Harvard, acusándola de emplear fondos federales para formar a estudiantes extranjeros, incluidos aquellos procedentes de países considerados «hostiles». Desde su plataforma Truth Social, Trump cuestionó el uso de recursos públicos por parte de la prestigiosa universidad y exigió conocer la identidad y nacionalidad de estos alumnos.
«Queremos esos nombres y países. ¡Harvard tiene 52 millones de dólares, úsenlos y dejen de pedirle al Gobierno Federal más SUBVENCIONES!», escribió Trump
Según datos divulgados por el propio mandatario, el 31% del alumnado de Harvard proviene del extranjero, pero sus países de origen no contribuyen económicamente a su formación. Esta situación ha generado un conflicto abierto entre el Gobierno y la institución académica.
El Gobierno de Trump retira fondos y permisos a Harvard
Como parte de su ofensiva, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) revocó el 22 de mayo la potestad de Harvard para admitir estudiantes internacionales y emplear personal extranjero. La secretaria del DHS, Kristi Noem, justificó la medida por la negativa de la universidad a entregar información solicitada sobre los estudiantes foráneos.
«Harvard perpetúa un ambiente inseguro en el campus que es hostil a los estudiantes judíos, promueve simpatías pro-Hamás, y emplea políticas racistas de ‘diversidad, equidad e inclusión'», denunció Noem
La administración Trump también ha tomado otras represalias: el Departamento de Salud y Servicios Humanos anuló subvenciones por valor de 60 millones de dólares y el Departamento de Educación retiró en abril una financiación de 2.200 millones de dólares. Además, la Casa Blanca comenzó a exigir en marzo mayor protección a los estudiantes judíos en los campus, en respuesta a protestas pro-palestinas surgidas tras el conflicto entre Israel y Hamás.
Harvard responde con una demanda mientras peligra su exención fiscal
Ante el creciente asedio gubernamental, la Universidad de Harvard presentó una demanda para invalidar las medidas tomadas por el Ejecutivo, alegando que son represalias políticas infundadas. La institución rechazó con firmeza las acusaciones de antisemitismo y cuestionó la legalidad de las acciones del Gobierno.
En paralelo, Trump anunció a principios de mayo su intención de retirar a Harvard su estatus de exención de impuestos, lo que supondría un duro golpe financiero y simbólico a una de las universidades más influyentes del mundo.