Texto introductorio: En plena campaña por su reelección, Donald Trump ha desatado una nueva tormenta mediática al declarar la guerra legal al imperio de Rupert Murdoch. El presidente de EEUU niega tajantemente haber escrito una carta subida de tono dirigida a Jeffrey Epstein publicada por el Wall Street Journal, y ha anunciado que emprenderá acciones legales por difamación, acusando al medio de propagar noticias falsas con fines políticos.
Trump niega rotundamente la autenticidad de la carta
En un extenso mensaje publicado en Truth Social, Trump aseguró que el Wall Street Journal difundió «una carta falsa», con palabras y dibujos que, según él, «no se corresponden» con su estilo ni lenguaje. “No hago dibujos. Estas no son mis palabras”, sentenció el republicano, añadiendo que advirtió directamente a Murdoch para que no publicara esa historia.
“Le dije a Rupert Murdoch que era una estafa (…) pero lo hizo, y ahora voy a demandarle a él y a su periódico de tercera”
Según el WSJ, el contenido formaría parte de una colección de cartas enviadas a Epstein con motivo de su 50 cumpleaños en 2003. La supuesta misiva de Trump incluiría un dibujo de un cuerpo femenino con su firma en lugar del vello púbico, junto al mensaje: “Feliz cumpleaños, y que cada día sea otro maravilloso secreto”.
Acusaciones directas a Murdoch, WSJ y la editora Emma Tucker
El presidente también señaló a Emma Tucker, editora del WSJ, por “no querer escuchar” a la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, quien habría advertido de la falsedad de la misiva antes de su publicación. Trump sostiene que Murdoch prometió encargarse del asunto, pero “no tenía poder para hacerlo”.
Además, tachó al WSJ de haberse convertido en “un trapo sucio” y de escribir “mentiras difamatorias para seguir siendo relevante”.
El caso Epstein como nuevo campo de batalla político
Trump vuelve a referirse al escándalo de Epstein como una “estafa” y responsabiliza a los demócratas de “perpetuar” el caso. También sugiere que, si hubiese algo de verdad, habría salido a la luz durante el mandato de exdirectivos como James Comey o John Brennan, o por la propia Hillary Clinton, a la que volvió a llamar «Crooked Hillary».
“Si hubiera algo de verdad (…) esto habría sido revelado hace años por los lunáticos de la izquierda radical”
En un movimiento político y judicial, Trump también ordenó a la fiscal general Pam Bondi presentar ante el Tribunal los testimonios pertinentes del Gran Jurado que procesó a Epstein, con el argumento de “la ridícula cantidad de publicidad dada” al caso.