Teruel Existe (también en Financial Times)

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Teruel Existe (también en Financial Times)

“Para muchos españoles Teruel es un misterio, más allá de su papel como escenario de una historia de amantes condenados del siglo XIII”, señala el diario británico.

El diputado de Teruel Existe en el Congreso, Tomás Guitarte

La irrupción de Tomás Guitarte y de su formación, Teruel Existe, en la vida política española no ha pasado desapercibida al diario británico Financial Times, que dedica un reportaje al político español cuyo voto ha sido decisivo para la investidura de Pedro Sánchez que dará lugar al primer Gobierno de coalición en 80 años.

Según el diario británico, para muchos españoles, Teruel “es un misterio, más allá de su papel como escenario de una historia de amantes condenados del siglo XIII y su notoriedad como uno de los frentes más sangrientos de la guerra civil española”.

Al carecer de una conexión ferroviaria directa con Madrid, “es difícil llegar a Teruel desde la capital. Algunos de sus pueblos son ahora ciudades fantasma; otros apenas cobran vida en verano cuando los españoles se van a la montaña para escapar del calor de otros lugares”. Durante el siglo pasado, la población de la provincia se redujo casi a la mitad, hasta 135.000 habitantes, recuerda FT, mientras que el número total de personas en España se duplicó con creces. En promedio hay sólo nueve personas por cada uno de los kilómetros cuadrados de la provincia.

“Las quejas de que Teruel ha sido ignorada, de que sus infraestructuras son inadecuadas y de que sus habitantes se han marchado, jugaron un papel clave en el ascenso de Teruel Existe”, recoge Financial Times, que se hace eco de que Guitarte se encuentra bajo protección policial y pasó la noche antes de la votación en un lugar seguro, mientras recibía casi 10.000 correos electrónicos pidiéndole que no apoyara a Sánchez.

Guitarte señala que la presión sobre él se está “normalizando” y que ha recibido mucho apoyo en la propia Teruel. Así, describe el boicot como “un fracaso total”, más que compensado por una campaña rival de las redes sociales llamada “Me voy a Teruel”, señala FT.

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