En los últimos años, España ha empezado a vivir un cambio que está transformando el mercado inmobiliario rural: un número creciente de jóvenes decide vender los terrenos heredados. La presión de los precios de la vivienda en las ciudades se suma a la falta de interés por mantener activos agrarios que no se pueden o no se quieren gestionar. La finca que durante años fue un símbolo de tradición se convierte rápidamente en un pasivo potencialmente bien pagado.
En este contexto, servicios como los de Aura Decesos resultan claves, pues acompañan no solo en el proceso de despedida sino también en la gestión eficiente de herencias.
Auge de las herencias: el relevo generacional ya está aquí
Solo en 2023, más de 182.000 inmuebles rústicos fueron transmitidos por herencia, de acuerdo con los datos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
La Fundación Afi ha calculado que los millennials heredarán de media un 40 % más de lo que recibió la generación de sus padres, y la cifra ronda los 250.000 € por persona, cifra que se explica en gran medida por la acumulación de activos inmobiliarios que durante décadas fue el legado de los baby boomers. A este fenómeno se añade la decisión anticipada de muchos abuelos de anticipar la transmisión: el principio de la herencia ha empezado a anticiparse, y ya no procede sólo del testamento.
¿A qué obedece la decisión de los herederos de poner a la venta estos suelos?
Precios urbanos inasequibles
Los elevados precios tanto de adquisición como de alquiler de la vivienda en los entornos urbanos son inaccesibles para muchos jóvenes.
Ante tal panorama, heredar un terreno rústico puede servir para obtener capital y pagar deudas, adquirir un pequeño piso en la ciudad o reinvertir en iniciativas como el turismo rural, la agricultura ecológica o modelos de vivienda alternativos. No obstante, la mayoría de los herederos elige la opción más rápida: la venta.
Desinterés e incapacidad de gestión
Un porcentaje significativo de los herederos carece del tiempo o de los recursos necesarios para llevar adelante la explotación agrícola. Su preferencia, en consecuencia, es poner el terreno en el mercado a la mayor brevedad.
Ventajas y complejidades de la venta de un terreno recibido en herencia
Liquidez rápida: vender el terreno es una forma eficiente de convertir un activo inmueble que no se planeaba cultivar o rentar en efectivo disponible.
Menor carga fiscal municipal: Las fincas rústicas no tributan por el impuesto sobre el incremento de valor de los terrenos de naturaleza urbana, ya que dicho tributo es exclusivo de los suelos clasificados como urbanos.
Segmentación de compradores: el perfil de interés es diverso. Los inversores valoran la estabilidad del activo, mientras que los particulares buscan una segunda residencia, un espacio recreativo o un proyecto agrícola.
Desafíos de futuro
La transmisión de una finca recibida por herencia genera una posible ganancia patrimonial, sujeta al régimen del IRPF. El tributario lo fija como la diferencia entre el precio de venta y el valor que figura en la herencia. Si el valor heredado es bajo y el precio de venta elevado sin una adecuada planificación sucesoria, surgirán obligaciones tributarias elevadas.
Además, en el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales la responsabilidad tributaria recae sobre el adquirente, que debe afrontar un gravamen que varía entre el 6 % y el 10 % según la regulación de la comunidad autónoma. La falta de liquidez por parte del comprador puede, por tanto, convertir el pago en un obstáculo que retrase la formalización de la venta.
Por otra parte, determinar el valor del suelo de modo objetivo es indispensable tanto para ponerse de acuerdo entre herederos como para establecer un precio de mercado con fundamento. La tasación debe distinguir entre el valor catastral, el valor de referencia fiscal y el verdadero valor de mercado, lo que puede resultar confuso para quien carece de trayectoria en operaciones inmobiliarias.
Por último, una parte significativa del suelo rústico se encuentra supeditada a normativas autonómicas o locales que restringen la edificación y el cambio de categoría de uso, lo que limita la posibilidad de convertir la finca en un activo más liquidable.
Perspectivas para los próximos años
El éxito de plataformas especializadas sugiere la consolidación del mercado rústico en el ámbito digital. El avance de la tecnología en la presentación de estas propiedades promete atraer, progresivamente, a una clientela de perfiles más jóvenes y digitalmente alfabetizados.
Tambén hay que tener en cuenta que los suelos rurales recuperan atractivo precisamente por su conexión con modalidades de vida sostenible. Iniciativas de agricultura ecológica, proyectos agroforestales y turismo rural cobran cada vez más resonancia entre generaciones que buscan una existencia de menor carga ecológica.
Para finalizar, la constatación de un aumento en la transmisión de fincas por herencia está generando una demanda de servicios dedicados a la planificación sucesoria, la gestión del legado inmobiliario y el asesoramiento en la etapa posterior a la adquisición. Empresas como Aura Seguros han diversificado su función, incorporando, más allá de los servicios funerarios, el acompañamiento a las familias en los trámites notariales, en los registros y en la liquidación del patrimonio.