Rafa, la victoria de ayer, que todos vimos con admiración, fue la victoria de la destreza física, pero sobre todo de esa actitud mental indeclinable, que cumple el lema de resolución en la lucha y magnanimidad en la victoria, sin incurrir en envanecimientos ni cegueras triunfales que derivan en desastres.
El deporte, que a tantos practicantes y espectadores embrutece, también puede ser escuela de comportamientos útiles para emplear en otras áreas como la política, donde los líderes exhiben a veces falta de grandeza en sus actitudes y de ejemplaridad cara a los electores que representan.
Atentos.
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Telegrama para Rafael Nadal
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