Nombrar conseller de Economía a Jaume Girod, el de la lealtad itinerante; o vicepresidente, a Jordi Puigneró, el de la furia hispanófoba, quiere hacer inevitable la independencia tal vez a la manera de Somalilandia. Sin demora -¡remember Perpiñán!-reclame a París por la marcha atrás de la inmersión en catalán en la enseñanza y aplíquese a deparar tardes de gloria a su socio monclovita.
El principal indicador del mercado español ha tenido como aliciente a Telefónica después de que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), entidad dependiente…