Señor vicepresidente segundo del Gobierno, ministro de Asuntos Sociales y secretario general de Unidas Podemos, cuéntenos que hizo con la tarjeta del móvil de su asistenta del europarlamento, Dina Bousselham; por qué la retuvo desde que la recibiera del grupo Z, en el marco de una “transacción periodística” inexplicada, hasta que la devolviera ocho meses después, intacta pero inaccesible, a su propietaria.
Sepa que ninguna buena acción queda sin castigo y que por no presionar a una chica de veintipocos con fotos íntimas va a terminar metido en un lío inextricable. Al tiempo.