Su habilidad consumada es la de lanzar señuelos que desvíen la atención y asegurarse así una superioridad temporal, a base de comprender más de prisa que los adversarios los cambios políticos, prever la influencia de nuevos factores y crear el acontecimiento, más o menos imaginario, del cambio de gobierno, que ha enfriado la conversación de los indultos y calentado la especulación de los cesantes. Veremos.
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Telegrama para Iván Redondo