Señor portavoz del grupo parlamentario de Esquerra Republicana de Cataluña en el Congreso de los Diputados, cantaba una tonadilla cuando murió el Espartero los toritos de Miura a nadie le tienen miedo.
En esa línea temeraria estaban sus embestidas en anteriores legislaturas donde cultivó la extravagancia para llamar la atención y mereció así la portavocía que ahora ocupa y estercola con modales de gentleman y lenguaje exquisito, sin rastro de zafiedad alguna, donde, por ejemplo, el verbo chantajear se pronuncia recordar. Bienvenido al club.
Acceda a la versión completa del contenido
Telegrama para Gabriel Rufián