Estimado Señor Duque, qué dura es la vida del consorte, siempre un paso por detrás pero siempre observado por si diera un traspiés, siempre renunciando a todo para que se luzca ella, siempre al servicio de la corona sin pasar nunca la cuenta, siempre sin libertad para nada en aras de que todos la tengan para todo. Comprendemos su sacrificio y su saturación que la ha llevado a los 96 años a dar el grito de retirada.
Ayer la convocatoria al personal de Buckingham y demás palacios creó la falsa alarma de que pudiera tratarse de un ERE cuando era sólo para darle de baja. Mis respetos.
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Telegrama para Felipe de Edimburgo