Señora Presidenta dimitida de la Comunidad de Madrid, nunca haremos leña del árbol caído, siempre sabremos que la verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero, en este caso, el comisario Villarejo deseoso de saltar la reja de la prisión que le hospeda.
Como decía Alicia “no es el sentido de las palabras lo que importa; lo que importa es saber quién manda”. Y ha mandado el presidente Rajoy con quien echó su suerte la dimitida.
Conclusión, nadie es de cuproníquel todos alcanzan su temperatura de ebullición. Y atendamos al efecto retroceso que acompaña siempre al disparo.
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Telegrama para Cristina Cifuentes