Vista exterior del edificio de la sede de Telefónica
La operadora española ha decidido reducir su exposición en Hispanoamérica mediante la venta de filiales en varios países, lo que ha generado fuertes minusvalías contables en sus cuentas. Sin embargo, Telefónica confía en la solidez de su actividad en España y Brasil, mercados clave que han mejorado sus resultados, y ha ratificado sus compromisos de rentabilidad y retribución al accionista.
Telefónica asume un impacto contable de más de 1.900 millones de euros por las operaciones discontinuadas en Hispanoamérica
El semestre ha estado marcado por las operaciones discontinuadas derivadas de la venta de sus negocios en Argentina, Perú, Ecuador y Uruguay, que han generado un impacto negativo de 1.913 millones de euros. Esta cifra ha sido parcialmente compensada por los 558 millones de euros de beneficios procedentes del resto de actividades del grupo.
Las desinversiones forman parte del plan de Telefónica para centrarse en mercados más estables y rentables. En total, ha vendido activos en Argentina (1.190 millones), Perú (900.000 euros), Uruguay (389 millones), Colombia (368 millones) y Ecuador (330 millones).
Brasil consolida su posición como pilar clave en la estrategia de Telefónica con una sólida mejora de ingresos y beneficios
Durante el segundo trimestre, las pérdidas netas se redujeron significativamente hasta los 51 millones de euros, gracias al avance de la actividad en sus principales mercados. En Brasil, la compañía obtuvo un beneficio neto de 371 millones de euros (+13,5%) y unos ingresos de 4.483 millones de euros (+6,64%).
En España, la actividad también mostró señales de recuperación, lo que ayudó a moderar el impacto negativo del ajuste contable derivado de las ventas en Hispanoamérica.
La facturación del grupo se situó en 18.013 millones de euros, un 3,3% menos en comparación con el mismo periodo del año anterior. Sin embargo, en términos orgánicos, sin tener en cuenta el efecto del tipo de cambio, la cifra de negocio refleja un incremento del 1,5%.
El Ebitda ajustado fue de 5.867 millones de euros, un 4,6% menos, aunque en términos constantes supone un crecimiento del 0,8%. Por su parte, el resultado operativo se situó en 2.109 millones de euros, con un retroceso del 4,48% interanual.
La compañía mejora sus márgenes operativos en términos orgánicos pese a la depreciación de algunas divisas
A pesar de las pérdidas netas, la compañía ha confirmado el dividendo de 0,3 euros por acción para 2025, así como sus previsiones financieras para el conjunto del ejercicio. Este compromiso con los accionistas se mantiene incluso en un contexto de ajuste estratégico y contable.
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