Dimisiones, acusaciones de acoso y engaño y un CEO en entredicho: la gran crisis de Uber

Dimisiones, acusaciones de acoso y engaño y un CEO en entredicho: la gran crisis de Uber

La renuncia de su presidente supone la última estocada para la 'app', envuelta en varias polémicas.

Travis Kalanick, CEO de Uber

El presidente de Uber, Jeff Jones, anunció este fin de semana su dimisión, el último golpe para una aplicación en plena crisis.

Tras solo seis meses en la compañía, Jeff Jones presentaba este domingo su dimisión como presidente de Uber. Su salida se suma a la de Brian McClendon, vicepresidente de mapas y plataforma de negocio; Ed Baker, vicepresidente de producto; o Raffi Krikorian, director senior de ingeniería. Hasta siete altos ejecutivos e ingenieros han abandonado desde enero la aplicación, en plena crisis de imagen por el trato a los conductores o su relación con Trump.

El arranque de 2017 se ha presentado bastante agitado para la compañía. Primero sufrió una boicot en las redes sociales por ‘aprovecharse’ de la situación tras las polémicas medidas migratorias anunciadas por el presidente de EEUU. Durante una huelga de taxistas en el aeropuerto de Nueva York en protesta por el veto a inmigrantes de varios países musulmanes, Uber siguió operando y bajó los precios para atraer a más clientes.

Por aquel entonces, el CEO de la compañía, Travis Kalanick, formaba parte del consejo asesor estratégico de Trump, lo que aumentó la indignación. Después de que 200.000 usuarios borraran la aplicación, Kalanick intentó zanjar la polémica abandonando el grupo de asesores de negocios del mandatario.

Sin embargo, el CEO volvería a colocarse tiempo más tarde en el punto de mira después de que saliera a la luz un vídeo en el que aparecía discutiendo con un conductor. “A alguna gente no le gusta asumir la responsabilidad por sus propias cagadas y echan la culpa de todo lo que va mal en sus vidas a otras personas. ¡Buena suerte!”, acababa diciendo al chófer, que acusaba a Uber de haberle dejado en bancarrota por bajar las tarifas.

Al mismo tiempo que estas polémicas, una exempleada, Susan Fowler, ex-Uber, denunciaba en un blog el sexismo y la discriminación sufridos durante su año en la compañía. Kalanick anunció entonces una “investigación urgente” del presunto acoso sexual. Antes de que las aguas se calmasen, estalló otra bomba: una demanda por violación de patentes en el desarrollo de su vehículo de conducción autónoma.

Mientras, el New York Times desveló que la plataforma habría utilizado una herramienta para engañar deliberadamente a las autoridades de las ciudades que habían prohibido su aplicación, o estaban tratando de restringir su uso.

La salida de Jones ha sigo el último golpe para la startup más valorada del mundo. “Ahora está claro (…) que las creencias y la visión de liderazgo que han guiado mi carrera son incompatibles con lo que he visto y experimentado en Uber” apuntaba, según varios medios estadounidenses, aunque el CEO asegura que la decisión tiene que ver con el anuncio de la búsqueda de un nuevo directo de operaciones.

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