El pasado mes de diciembre, el banco central más antiguo del mundo, puesto que sus orígenes se remontan a 1668, advirtió de que podría bajar tipos en una única ocasión a lo largo la primera mitad de 2025, señalando este miércoles que las previsiones al respecto «se mantienen en esencia», aunque está preparado para actuar si cambian las perspectivas de inflación y actividad económica.
El Riksbank aprecia indicios de que «se avecina un repunte económico», pero advierte de que la actividad sigue siendo débil, añadiendo que los recortes de los tipos de interés de 2024 han tenido un impacto positivo en la situación de los hogares y las empresas, aunque aún no han alcanzado su pleno impacto.
En este sentido, dado el riesgo limitado de que la inflación repunte y la debilidad de la actividad económica, la institución ha considerado apropiado «reducir el tipo de referencia ahora», ya que una economía más fuerte es importante en sí misma, pero también es una condición necesaria para que la inflación se estabilice cerca de la meta en el futuro.
En cualquier caso, el Riksbank evaluará cuidadosamente la necesidad de futuros ajustes de los tipos de interés, a la luz de los efectos de los recortes anteriores y de otra información relevante para las perspectivas de inflación y actividad económica.
«Existe una especial incertidumbre con respecto a la evolución en el exterior, por ejemplo en lo que respecta a la política económica en Estados Unidos y Europa y a las tensiones geopolíticas», señala la entidad.
